Ambos acentuaron los cambios que han sufrido sus programas de Gobierno desde la primera vuelta, en la que, de forma inédita, se impusieron a los grandes candidatos de centro-derecha y centro-izquierda cuyas coaliciones llevaban 30 años repartiéndose en el poder.
“Tenemos un Parlamento dividido y una situación económica complicada así que tenemos que contribuir para poner de acuerdo a quienes no lo estaban al principio”, señaló Gabriel Boric, líder del Frente Amplio, coalición que se presenta en alianza con el Partido Comunista.
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José Antonio Kast habló sobre modificaciones drásticas en temas de derechos sociales que habían generado mucha polémica: se retractó de eliminar el Ministerio de la Mujer y aseguró que no tumbará eventuales proyectos de aborto libre.
"Yo soy una persona profundamente democrática y si el Congreso dicta una ley, no voy a trabajar para retirarla", dijo.
Restó importancia también a su deseo de retirar a Chile del Consejo de Defensa de Derechos Humanos de la ONU, algo que previamente había defendido fervientemente y que ahora aseguró que “se está evaluando”.
BUSCANDO ADHERENTES EN EL CENTRO
Con un candidato de ultraderecha y uno perteneciente a una coalición de izquierda más pronunciada que la tradicional, el balotaje del 19 de diciembre será la votación más polarizada desde el retorno a la democracia en 1990.
Ninguno de los dos logró más de un 30 % de apoyo en primera vuelta por lo que la campaña se ha basado en tratar de ampliar su base de adherentes.
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En este último mes, Boric ha cambiado su punto de vista respecto a algunas de sus ideas insignes como indultar a los manifestantes detenidos durante la crisis social de 2019, algo a lo que ahora se opone parcialmente.
También fue diferente su tono a la hora de condenar los disturbios durante las protestas: "Creo firmemente que la violencia no es el camino, la violencia de quienes creen que quemando iglesias o realizando atentados van a lograr algo", dijo.
Jaime Abedrapo, director de la Escuela de Gobierno de la Universidad de San Sebastián, señaló a Efe que “ambos cambiaron sus ejes discursivos y sus tonos porque saben que los moderados e independientes harán la diferencia”.
"Boric se viste de socialdemócrata y Kast de un moderado de derecha que da estabilidad al país", agregó.
GRADUALIDAD EN LOS CAMBIOS ECONÓMICOS
En materia económica, Kast concretó que redujo la meta de crecimiento de un máximo del 7 % a un 4 %, y que la rebaja tributaria de 10 puntos porcentuales a las grandes empresas que inicialmente prometió se hará de manera "pausada".
"Seguimos defendiendo una baja impositiva y vamos a ir avanzando razonablemente, pero no vamos a poder hacerlo de una vez",justificó.
En este sentido, Boric, también prometió "gradualidad" en el incremento de la recaudación propuesta, de 8 puntos porcentuales del PIB en ocho años, subiendo impuestos a los más ricos y evitando la evasión.
Los últimos sondeos dan a Boric como vencedor, con entre 5 y 14 puntos de ventaja sobre su contendiente.
MIGRACIÓN Y MILITARIZACIÓN DEL SUR
Los candidatos no dieron su brazo a torcer en algunos aspectos.
“Kast reforzó su idea de cavar una zanja antiinmigración y de aumentar facultades presidenciales”, señaló a Efe la jefa de la carrera de Ciencia Política de la Universidad de Chile, Claudia Heiss.
Boric, en tanto, se mantuvo tajante con su rechazo a la militarización del sur donde existe un conflicto entre indígenas y empresas forestales con frecuentes tiroteos e incendios.
En la parte final del debate, se dio un tenso enfrentamiento personal entre ambos, a raíz de la denuncia por presunto acoso que una mujer realizó contra Boric sobre la que Kast le interpeló y que derivó en un cruce de palabras que motivó a los moderadores apagar los micrófonos.
Hasta ahora, todos los grandes partidos de la oposición en Chile (centro e izquierda) han respaldado al candidato del Frente Amplio, que tiene un programa que apunta hacia un Estado de bienestar parecido al europeo, con acento feminista y ecologista.
En tanto, Kast, partidario de defender el modelo actual, basado en el neoliberalismo instalado durante la dictadura militar (1973-1990), se ganó el apoyo de los cuatro partidos de la coalición que gobierna.
Pese a esta grandes diferencias, el equilibrio entre fuerzas conservadoras y progresistas del próximo Congreso -elegido el pasado 21 de noviembre- apunta a que no habrá grandes polarizaciones.