“Todavía no sabemos si lo es”, dijo en una comparecencia ante una comisión del Parlamento Europeo en Bruselas, en la que recordó que desde febrero de 2020 hay “una guía para permitir a las empresas acelerar la adaptación de las vacunas si fuera necesario”.
"Y debemos tener mucho cuidado a estas alturas en decir esto: no sabemos aún si esto va a ser necesario, pero si lo fuera, ya tenemos un plan de contingencia”, añadió.
Si al final se demuestra que es necesario adaptar las vacunas, la EMA podría tardar “unos tres o cuatro meses” en dar su visto bueno a una nueva versión del preparado, pero eso solo ocurrirá “cuando los datos estén disponibles” y eso, aseguró, “no depende de la EMA, sino de varios factores, como la situación epidemiológica, la efectividad de la actual vacuna y la circulación de esta variante en Europa”.
Cooke señaló que la EMA está en contacto con agencias internacionales de medicamentos, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) y las farmacéuticas “para garantizar que estemos preparado para lo peor, aunque esperemos que ocurra lo mejor”.
Reafirmó la necesidad de ampliar la cobertura de vacunación en “aquellos países donde es peligrosamente baja” y consideró esto “particularmente importante a medida que vamos sabiendo más sobre la variante ómicron”.
Cooke explicó que las autoridades sanitarias ya se temían que “en algún momento” una mutación del virus “suponga que haya que adaptar” las vacunas actuales, pero recordó que hasta ahora todos los preparados disponibles “son todavía efectivos contra todas las variantes que circulan” por Europa.
“No sabemos si ese seguirá siendo el caso con la variante ómicron pero tenemos que asegurarnos de entenderlo. Para eso, parte del trabajo es analizar la neutralización cruzada de las vacunas, un proceso de laboratorio que necesita unas dos semanas para ver si las vacunas ofrecen protección contra la nueva variante”, explicó.
De todos modos, opinó que la situación en Europa es diferente a la de Sudáfrica porque la cobertura europea de vacunación está más avanzada “y estamos ya en la fase de recomendar dosis de refuerzo”, por lo que hay “varios factores que podrían influir” en la circulación de la variante ómicron en la región europea.
“Por los datos disponibles, seguimos viendo que las vacunas autorizadas siguen siendo efectivas y continúan salvando a la gente de covid-19 grave y de la muerte. Incluso si la nueva variante sigue extendiéndose, las vacunas que tenemos seguirán ofreciendo protección”, añadió.
No obstante, Cooke reconoció que la efectividad de las vacunas se reduce con el paso del tiempo y consideró “muy importante” iniciar la vacunación con la dosis de refuerzo para las personas que reciban dicha recomendación, así como la vacunación de los niños, después de que se aprobara la semana pasada el uso de Pfizer en menores de entre 5 y 11 años.
Además, la EMA espera poder tener “a finales de esta misma semana” una recomendación científica sobre la estrategia de “mix & match”, la combinación de diferentes vacunas.
Cooke hizo hincapié en que “tenemos muchas más herramientas para luchar contra esta pandemia ahora mismo que las que tuvimos en el invierno pasado”, pero advirtió de que las vacunas “son y seguirán siendo la clave” para ello.
La EMA ha aprobado desde diciembre del año pasado cuatro vacunas contra la covid-19: Pfizer/BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Janssen.
Mientras tanto, otras cuatro vacunas se encuentran bajo evaluación: la rusa Sputnik V, la china Vero Cell, la francesa Vidprevtyn, y la estadounidense Novavax, que “se podría aprobar en cuestión de semanas”, aseguró Cooke.
“El esfuerzo colectivo que hemos hecho en Europa para garantizar que se desarrollen estas vacunas y sean analizadas (en un tiempo récord) no tiene precedentes”, añadió.
Además de las vacunas, la EMA ha aprobado tratamientos para pacientes con covid-19, entre ellos varias terapias con anticuerpos monoclonales, y está evaluando otros posibles fármacos para la enfermedad que provoca el SARS-CoV-19.