El primer ministro en funciones, Mark Rutte, señaló, en una conferencia de prensa en La Haya, que la actividad no esencial deberá permanecer cerrada entre las 17.00 hora neerlandesa (16.00 GMT) y las 05.00 (04.00 GMT), lo que excluye principalmente farmacias, supermercados y gasolineras, que podrán cerrar máximo a las 20.00 horas (19.00 GMT).
Esto supone el cierre de los restaurantes tres horas antes de lo establecido en la actualidad, y de los comercios una hora antes, puesto que ya se aplica el cierre adelantado en estos sectores.
Se aconseja un máximo de 4 visitantes por hogar y se insta al teletrabajo en horario completo.
Los colegios e institutos permanecerán abiertos hasta las vacaciones navideñas, aunque alumnos de algunos grupos y profesores tendrán que llevar mascarilla cuando caminan por los pasillos y se les pide hacerse una prueba dos veces por semana.
Rutte animó a hacerse una autoprueba con más frecuencia, por ejemplo, cuando se tiene la intención de recibir visitas en casa o acudir a un encuentro con más gente, y pidió reducir el contacto entre los niños y los mayores de edad.
Las medidas entrarán en vigor la madrugada del domingo y se aplicarán hasta el 18 de diciembre, aunque el Ejecutivo anunciará antes si se levantan las medidas o se mantendrán o refuerzan durante la Navidad, en base a la situación epidemiológica.
Rutte subrayó que la mayoría de las personas que están en las UCI por covid-19 no están vacunadas e instó a quien no lo haya hecho ya, que se inmunice porque “la vacunación ayuda” a evitar la muerte y la hospitalización.
Además, Rutte anunció un nuevo paquete de apoyo financiero. “No vamos a abandonar a los emprendedores y los sectores que se ven afectados otra vez: la restauración, la cultura, los eventos y el sector deportivo. Los paquetes de ayuda se ampliarán o reactivaran”, dijo.
El ministro de Sanidad, Hugo de Jonge, señaló que, a pesar de que el 88,5% de la población ha recibido ya al menos una dosis, todavía quedan 1,2 millones que no se han vacunado, y señaló que este invierno “todo el mundo estará protegido, por la vacuna o el contagio”.
Rutte defendió que “se está intentado vacunar al último 10 o 15 %” de la población que queda, y subrayó que los datos de Países Bajos son “muy altos”, superados solo por España y Portugal, añadió.
Las medidas anunciadas por el Gobierno pueden generar tensión adicional en la sociedad, pero la Policía ya dijo estar “preparada para mantener el orden público” por si se registran disturbios y protestas este fin de semana.
La policía instó a los manifestantes a escuchar sus instrucciones durante las protestas para evitar enfrentamientos y alertó de que “vigilan” las redes sociales para adelantarse a cualquier posible organización de disturbios y choques intencionados con los agentes.
Momentos antes de la rueda de prensa, el municipio de La Haya declaró una “orden de emergencia” en el centro de la ciudad, por temores a disturbios tras el anuncio de las restricciones, pero decenas de personas se concentraron igualmente delante de la oficina del primer ministro para protestar.
El ministro de Seguridad, Ferdinand Grapperhaus, advirtió de que “nadie crea que puede salirse con la suya fácilmente” al participar en los disturbios y aseguró que la policía y el poder judicial están listos para tratar con los detenidos.