Blinken inició en Kenia (gran aliado estratégico de Washington) un viaje que le conducirá también esta semana a Nigeria (el país africano más poblado) y Senegal (modelo de democracia en el continente), con el fin de reafirmar el mensaje del presidente estadounidense, Joe Biden, de que "Estados Unido ha vuelto".
Frente al empuje de China en África, donde Pekín lleva años invirtiendo miles de millones de dólares en infraestructuras y otros proyectos, Blinken busca pasar la página del Gobierno del presidente Donald Trump (2017-2021), quien mostró escaso interés por el continente.
En ese contexto, Blinken se entrevistó hoy en Nairobi con el presidente keniano, Uhuru Kenyatta, único líder africano que, de momento, ha sido recibido por Biden en la Casa Blanca.
La reunión se celebró después de que Kenyatta viajara el pasado fin de semana a Adís Abeba para hablar con el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, y buscar una solución a la guerra que enfrenta al Gobierno con los rebeldes de la región norteña de Tigray.
La guerra estalló hace poco más de un año, cuando Abiy -Premio Nobel de la Paz en 2019- ordenó una ofensiva contra el Frente Popular de Liberación Tigray (FPLT), partido que gobernaba entonces la región, en represalia por un ataque a una base militar federal.
Hasta ahora, dos millones de personas han sido desplazadas internamente en Tigray y al menos 75.000 etíopes han huido al vecino Sudán por conflicto, toda vez que los rebeldes han amenazado con alcanzar la capital etíope, sede de la Unión Africana (UA), tras tomar recientemente urbes a menos de 400 kilómetros de Adís Abeba.
AMENAZA PARA EL CUERNO DE ÁFRICA
"El conflicto en Etiopía es una amenaza para el Cuerno de áfrica (...). Y eso es una gran preocupación para nuestros socios" en esa región, afirmó Blinken en una rueda de prensa conjunta con la ministra keniana de Asuntos Exteriores, Raychelle Omamo.
El secretario de Estado instó al Gobierno etíope y a los rebeldes a "negociar un cese de las hostilidades sin precondiciones", ya que ambos bandos han fijado requisitos para un posible diálogo.
"Tenemos la esperanza de un alto el fuego tras la reciente visita del presidente Kenyatta (...). Creemos que un alto el fuego es posible", aseguró Omamo.
La ministra keniana abogó por creer en "el potencial de Etiopía para hallar una solución a esta crisis" y agregó que, una vez se supere el conflicto, el país vecino emergerá como "un socio más fuerte" para "garantizar la paz en la región".
Por su parte, el jefe de la diplomacia estadounidense reiteró que "no hay solución militar para este conflicto", incidió en que "todas las partes deben reconocer eso" y les urgió a sentarse "pronto" en una mesa para resolver sus "diferencias".
La ONU viene desde hace semanas criticando al Gobierno etíope por obstaculizar la llegada de ayuda humanitaria hacia Tigray y, a ese respecto, Blinken exigió hoy a las autoridades que permitan un "acceso humanitario inmediato" porque "la gente está sufriendo".
Blinken abordó también la situación en Sudán, dirigido por líderes militares desde el golpe de Estado del pasado 25 de octubre, a quienes instó a reavivar la transición hacia un Gobierno civil puesta en marcha antes de la asonada.
"Lo más importante ahora -remarcó- es que se reanude la transición liderada por civiles. Es decir, la transición civil que fue descarrilada por la toma del poder militar hace unas semanas, debe reencaminarse".
A su juicio, "el pueblo de Sudán ha dejado claro en repetidas ocasiones sus aspiraciones por la democracia (...). Eso es lo que quieren y eso es lo que apoya la comunidad internacional".
"Si los militares recuperan esto (la transición civil), y creo que es necesario, creo que se reanudará el apoyo de la comunidad internacional", insistió.
La visita de Blinken a Kenia tuvo lugar un día después de que al menos seis personas murieran (incluidos tres terroristas suicidas) y 33 resultaran heridas en dos ataques que causaron explosiones en Kampala, capital de la vecina Uganda, y que se atribuyó la organización terrorista Estado Islámico (EI).
El secretario de Estado señaló en la rueda de prensa que esos atentados suponen un "recordatorio doloroso para trabajar juntos por la paz", mientras Omamo enfatizó la necesidad de atajar una "amenaza" como el terrorismo, que "afecta a todo el mundo".
Al margen de sus contactos con el Gobierno de Kenia, Blinken, que mañana, jueves, visitará la sede de la ONU en Nairobi antes de partir hacia Nigeria, celebró un encuentro con representantes de la sociedad civil keniana ante quienes alertó de la "recesión democrática" que, en su opinión, vive el mundo en la última década.