La expulsión de los talibanes de la capital y la entrada en Kabul el 13 de noviembre de 2001 de los guerrilleros de la Alianza del Norte, como parte de la invasión estadounidense, supuso un momento esperanzador para muchos ante la promesa de modernidad y respeto a los derechos humanos, sobre todo los de las mujeres.
Y pese a la inseguridad persistente, la guerra marcada por los continuos ataques de los talibanes y la corrupción generalizada con los dólares que inyectaba en el país la comunidad internacional, el nuevo Afganistán comenzó a resurgir.
Así, la educación se convirtió en un derecho y millones de niños y niñas entraron en las escuelas. Además, se impuso el respeto a las mujeres, y la tolerancia a la libertad de expresión permitió la aparición de una prensa independiente, o el desarrollo de la música.
Pero muchos de esos logros alcanzados durante dos décadas se perdieron en cuestión de semanas, después de que el pasado 15 de agosto, sin apenas resistencia, los talibanes volvieron a entrar victoriosos en Kabul.
El 13 de noviembre de 2001 "fue un día de confusión e incertidumbre cuando los talibanes fueron expulsados de Kabul. Aún así la gente no tenía nada que perder. Cuando los talibanes regresaron nuevamente el 15 de agosto fue también otro día de incertidumbre pero esta vez se llevó la mayoría de los logros que habían alcanzado los afganos", aseguró a Efe el activista Malyar.
Una misión fallida
El analista político Abdul Hadi Wazin explicó a Efe que "Estados Unidos y sus aliados afganos entraron en Kabul el 13 de noviembre para luchar contra el terrorismo, garantizar la seguridad, la paz y formar un gobierno responsable, pero después de 20 años de guerra (...) ninguna de estas misiones se cumplieron".
Este fracaso dejó decenas de miles de muertos y víctimas de la guerra, un país devastado, millones de refugiados y desplazados y, finalmente, el Ejército afgano que formaron durante 20 años se desmanteló frente a sus ojos en cuestión de días, lamentó.
"Para resumir, fallaron y fallaron muy mal", dijo Wazin.
Y es que casi veinte años después de haber sido expulsados de Kabul, los talibanes entraron de nuevo en la ciudad, reviviendo los kabulíes una escena que pensaron que no volvería a repetirse.
Aunque no todo es negativo, asegura el analista, ya que el regreso de los islamistas también genera ciertas "esperanzas", porque "tras 40 años de miserias, finalmente la guerra y el derramamiento de sangre han terminado".
Ahora, opinó, depende de Estados Unidos y la comunidad internacional no repetir los errores anteriores y apoyar al nuevo régimen para construir, quizá esta vez sí, un "Afganistán moderno y desarrollado".
20 años de fracaso
En estas dos últimas décadas, que prometían ser la época del dorado para Afganistán, "perdimos a decenas de miles de personas, civiles, militares, y talibanes", dijo a Efe el extalibán y analista Sayed Akbar Agha, que aunque reconoce algo de progreso, lamenta la dependencia económica de su país y la incapacidad de crear sustento.
"El único logro del que siempre habló Estados Unidos fue el Ejército afgano, y ellos mismos lo hicieron colapsar", dijo en referencia a la escasa resistencia que plantearon los soldados al avance talibán, conquistando las capitales provinciales en semanas, y que coincidió con la retirada final de las tropas internacionales.
Con gran parte de la población sufriendo por igual los enfrentamientos entres los distintos bandos, para la gente común la llegada o la expulsión de los talibanes resulta indiferente, más preocupados por la pobreza y el hambre.
"La gente necesita sustento, sin importar quién vino y quién se fue. Eso no es gran cosa para nosotros, lo importante es la seguridad y tener un medio de vida justo", dijo a Efe Ahmad Shah, un comerciante de Kabul.
Para el activista Asif Afghanmal, el 13 de noviembre de 2001 fue una "oportunidad de oro" perdida por la corrupción, la violencia y los errores de cálculo político de EE.UU.
"Uno de los errores cometidos por Estados Unidos fue que no involucró a los talibanes en la formación del gobierno después de que fueron derrocados en 2001 y dieron el poder a los señores de la guerra", muchos de ellos miembros de la Alianza del Norte, dijo.
Este error generó en Afganistán una "guerra de poder" interna y de los países vecinos, y llevó finalmente al derrumbre del Gobierno.
"Los últimos 20 años estuvieron llenos de logros en diferentes sectores, pero el 15 de agosto, con la caída de Kabul a manos de los talibanes por el error de cálculo de Estados Unidos, lo estropeó todo", dijo a Efe el exdiplomático y analista Ahmad Sayeedi.
Para Sayeedi, Afganistán retrocedió un siglo.