Los cálculos de la oposición no son muy optimistas y apuntan a que la falta del diputado y candidato presidencial Gabriel Boric (que dio positivo en la enfermedad la semana pasada) y la de Giorgio Jackson (aislado por ser “contacto estrecho”) podrían hacer que no se logren los 78 votos necesarios para que avance la acusación que busca destituir al mandatario.
Un diputado opositor, Jaime Naranjo, del Partido Socialista, anunció una intervención que durará 13 horas y que podría alargar la sesión hasta el martes con el objetivo de que se pueda incorporar Jackson a la votación (cuyo aislamiento terminaría esta noche), que según el reglamento sólo puede ser presencial.
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"Tengo un discurso de 1.300 hojas. Hablaré todo el tiempo que sea necesario hasta que Jackson esté en la sala", advirtió.
"Según la directriz oficial, hoy lunes es mi último día de cuarentena (...) Para tranquilidad de quienes me consultan, me hice dos exámenes PCR, ambos negativos", afirmó Jackson por su parte en Twitter.
Se prevé que la sesión concluya en la madrugada con el objetivo de que el opositor pueda acudir a votar. En caso de aprobarse, el juicio político debe también sortear el Senado, donde requiere de un quórum mayor, de dos tercios.
El origen de la acusación, impulsada por la oposición, se sitúa en las presuntas irregularidades en la venta de la Minera Dominga por parte de una empresa de los hijos de Piñera en Islas Vírgenes Británicas, apenas nueve meses después de que asumiera el cargo para su primer mandato (2010-2014).
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Según reveló el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), el proyecto se vendió al empresario y amigo de la familia Carlos Alberto Délano por 152 millones de dólares, 138 de los cuales se concretaron en el paraíso fiscal.
El mandatario, que presentó su defensa por escrito hace diez días, ha sostenido en sendas comparecencias públicas haberse desvinculado de sus negocios a través de fideicomisos ciegos en 2009 y que lo revelado en los papeles de Pandora ya fue investigado y sobreseído en 2017.
Durante la jornada, el abogado del presidente decidió no invocar la cuestión previa, una objeción formal que podría haber alargado todavía más la sesión.
“Hemos decidido que no la vamos a deducir para efectos de pasar al fondo, porque nos interesa de sobremanera poner de manifiesto que (...) la acusación constitucional carece de méritos”, afirmó el letrado, Jorge Gálvez.
El juicio político transcurre durante los últimos meses de mandato de Piñera, un multimillonario que goza de muy baja aprobación según los sondeos y que dejará en marzo el cargo.
Se trata del segundo intento de destituirle, tras la tentativa de noviembre de 2019 por presuntas violaciones a los derechos humanos en medio de las masivas protestas contra la desigualdad, las más graves desde el fin de la dictadura.
Desde el retorno a la democracia en 1990, ningún presidente ha sido destituido del cargo.