Según el director del Departamento de Aviación del Ministerio de Transporte de Bielorrusia, Artiom Sikorski, las pérdidas del sector aéreo por las restricciones occidentales impuestas a Minsk ascienden a "cerca de 10 millones de dólares al mes".
Sikorski, citado por la agencia oficial bielorrusa BELTA, precisó que las pérdidas que sufre la industria están relacionadas con la recomendación para las compañías occidentales de no sobrevolar Bielorrusia y el cierre del espacio aéreo de países europeos para la aerolínea bielorrusa Belavia.
El funcionario bielorruso lamentó que muchos países europeos hayan optado por "bajar el telón de acero" tras el incidente con Ryanair, e insistió en que Minsk está abierto a abordar el asunto "dejando de lado las emociones".
A la vez, aseguró que la Organización Internacional de Aviación Civil (ICAO), que investiga el incidente, sigue sin tener pruebas que incriminen a Minsk.
"Si no fuera así, no estaríamos esperando el respectivo informe durante casi medio año", aseveró.
El aterrizaje del avión de Ryanair en Minsk, mientras cubría la ruta Atenas-Vilna, causó un escándalo internacional y se saldó con la detención del periodista disidente Román Protrasevich y su novia, que viajaban juntos en la aeronave.
Seguidamente, entre otras sanciones, más de una veintena de países europeos vetaron a la aerolínea estatal de Bielorrusia, lo que supuso un duro golpe para el sector de aviación de esa antigua república soviética y llevaron al aumento de la frecuencia de vuelos con la vecina Rusia.