Crisis hídrica golpeará al PIB de Brasil

Además de afectar al sector eléctrico, la crisis hídrica que vive Brasil -la peor en casi un siglo- ocasionará pérdidas por 8.200 millones de reales (unos US$ 1.464 millones) en el Producto Interno Bruto (PIB) este año. Se estima una caída del 0,11 % lastrada por el precio de la energía eléctrica, disparado por la falta de lluvias.

Una imagen de un dron que muestra la represa Jaguari, parte del Sistema Cantareira, a 88 kilómetros de Sao Paulo (Brasil).
Una imagen de un dron que muestra la represa Jaguari, parte del Sistema Cantareira, a 88 kilómetros de Sao Paulo (Brasil).Sebastiao Moreira

La estimativa es de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), que señala que el alto costo de la electricidad también hará que el consumo de los hogares se reduzca este año en 7.000 millones de reales (unos 1.250 millones de dólares), que las exportaciones retrocedan un 0,23 % y que se pierdan al menos 166.000 plazas de empleo en el país, según un estudio divulgado este miércoles.

Las expectativas indican que el PIB industrial, que incluye las industrias extractivas y de transformación, servicios industriales de utilidad pública y la construcción, debe caer un 0,17% al reducirse en 2.200 millones de reales (unos 392 millones de dólares), frente al que se alcanzaría en Brasil sin el aumento del costo de la energía eléctrica.

La economista de la CNI y autora del estudio, Maria Carolina Marques, indicó que el propio sector eléctrico será el más afectado, porque al crearse un sobrecosto al servicio para que las personas consuman menos se va a reducir la demanda.

También sentirá un fuerte impacto el de alojamiento y hotelería, por cuenta del aire acondicionado y de las duchas eléctricas, consumidos a diario y en altas dosis por los huéspedes.

Tras la retracción económica del 4,1% en 2020 sufrida por Brasil por la pandemia de coronavirus, las previsiones del Gobierno, el mercado y el Banco Central apuntan para un crecimiento de cerca del 5%, que podría ser mayor si el país no hubiera sufrido el latigazo de la sequía, que le restará cerca una décima de su potencial expansión, según el estudio de la CNI.

EFECTO DOMINÓ

Entre septiembre de 2020 y abril de este año Brasil tuvo el peor período de lluvias de los últimos 91 años, que unido a la época de sequía de los meses siguientes dejó en mínimos los niveles de almacenamiento de los embalses de las principales hidroeléctricas, cayendo hasta el 16,72 % en septiembre, el más bajo desde el año 2000, cuando el Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) comenzó a hacer la medición.

Esto limitó la producción de energía hídrica, la más barata en el país, y obligó al uso de termoeléctricas, que son más caras, un factor que implicó un sobrecosto del servicio desde de septiembre, que se sumó a los elevados precios que ya tiene la energía en Brasil, uno de los más caros del mundo, y donde sólo los tributos abarcan cerca de un 40 % del costo total, según la CNI.

El alza ya empieza a sentirse en las empresas, donde los costos de producción se han ido elevando al requerir de energía adicional para mantener su actividad, un impacto que también cae sobre cada uno de los sectores y sus cadenas productivas, en un efecto dominó que ya se siente en el bolsillo de los brasileños.

"Los consumidores están teniendo un aumento de precio de los bienes de consumo y su renta no acompaña ese incremento, por lo que se ven obligados a revaluar sus cuentas", explicó Márques.

UN OSCURO PORVENIR

El panorama no es optimista para 2022, un año en que la crisis hídrica profundizará dificultades ya previstas por los economistas, que pueden hundir al país en una nueva recesión, como la creciente inflación, el elevado desempleo, los temores de que el Gobierno abandone la política de austeridad fiscal y la incertidumbre que generan las elecciones presidenciales.

Según el estudio de la CNI, se estima que para 2022 las pérdidas del PIB por la crisis hídrica saltarán hasta los 14.200 millones de reales a precios de 2020 (unos 2.535 millones de dólares), lo que supone un retroceso de 0,19 %.

Asimismo, se prevé la pérdida de unos 290.000 puestos de trabajo, frente al número de personas empleadas entre abril y junio de 2021, que el consumo de los hogares caiga 0,26 %, que las exportaciones se recorten un 0,41 % y que el PIB industrial se contraiga 0,29 %.

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