La cámara correccional del Tribunal de París ordenó el pasado 19 de octubre su audiencia como testigo como antiguo presidente de la República (periodo durante el que el conservador quedó protegido por su inmunidad como jefe de Estado), “si fuera necesario por la fuerza pública”.
Sarkozy hizo saber la semana pasada mediante su abogado que no era necesario recurrir a las fuerzas del orden porque acudiría a las 13:30 horas, cuando debe testificar.
Es la primera vez que la justicia obliga a un antiguo jefe de Estado a declarar por hechos relacionados con sus funciones en la presidencia.
Presidente entre 2007 y 2012, Sarkozy, de 66 años, deberá declarar por el llamado "caso de los sondeos", por el que el tribunal dirime la atribución sin licitación de centenares de encuestas de opinión.
Según los acusados, los sondeos respondían a la orden de Sarkozy de conocer permanentemente el estado de la opinión pública. Esas encuestas fueron pagadas con dinero público, a pesar de que en muchos casos se referían a rivales electorales del entonces presidente.
Sarkozy había sido citado como testigo por la asociación Anticor, que se presenta como parte civil, a la cual hizo saber que no pensaba declarar, como había advertido ya en un primer momento, durante la instrucción.
La prensa local recuerda que aunque el exmandatario no puede ser juzgado en este caso sí puede declarar como testigo, como se da en este proceso donde el tribunal considera que escucharlo es necesario para que se manifieste la verdad.
El que podía haber sido el tercer proceso del presidente francés entre 2007 y 2012 -condenado a dos penas de cárcel, una por corrupción y otra financiación ilegal de campaña electoral, ambas recurridas- será finalmente un juicio contra algunos de sus más estrechos colaboradores en su etapa en el Elíseo.
Desde el que fuera su mano derecha en el Elíseo, Claude Guéant, hasta su ideólogo de cabecera, Patrick Buisson, pasando por su jefa de gabinete, Emmanuelle Mignon, que firmó los contratos; el sociólogo Pierre Giacometti, que se adjudicó más de la mitad de los sondeos encargados durante el quinquenio; y Julien Vaulpré, encargado de contactar los institutos de sondeo en su calidad de consejero de “opinión”.