“No vamos a interferir en el precio de nada. Se hizo eso en el pasado y no funcionó”, dijo el mandatario al anticipar que próximamente habrá un nuevo reajuste de los combustibles.
El precio medio de la gasolina y el diesel han subido en Brasil en torno a un 40 % en lo que va de año, empujado por el alza del petróleo en el mercado internacional y la fuerte apreciación del dólar estadounidense frente al real brasileño.
El líder ultraderechista sostuvo que la petrolera estatal Petrobras está "amarrada" a los precios internacionales y que su Gobierno no puede hacer nada contra eso.
"No tengo poder de interferir sobre Petrobras", aseguró.
En contraposición a esas declaraciones, Bolsonaro designó en febrero pasado al general de la reserva del Ejército Joaquim Silva e Luna como nuevo presidente de Petrobras, después de semanas criticando los repetidos reajustes en el precio de los combustibles, que siguen ocurriendo en la actualidad.
Bolsonaro habló ante la prensa junto a su ministro de Economía, Paulo Guedes, mientras daban una vuelta por un mercado de Brasilia, en un nuevo intento por dar señales de unión después del nerviosismo en los mercados de los últimos días.
La bolsa de Sao Paulo registró una caída semanal del 7,3 %, después de que renunciaran cuatro altos cargos del Ministerio de Economía, motivados por la decisión del Gobierno de alterar el techo de gastos para ampliar las ayudas a los más pobres en 2022, año en el que Bolsonaro intentará su reelección.
"Estamos haciendo eso en el límite de la responsabilidad fiscal", garantizó el presidente.
Por su parte, Guedes defendió que "la reformulación del techo de gastos es técnicamente correcta".
"El presidente tiene que tomar una decisión política muy difícil. Si él respeta el techo, deja a 17 millones de familias pasando hambre", expresó el ministro, un liberal ortodoxo de la Escuela de Chicago.
Guedes también metió prisa al Senado para que avance en las reformas estructurales que están en trámite, como una administrativa y otra tributaria, y así tener más espacio en el presupuesto.
“Brasil está creciendo y Brasil va a crecer”, apuntó, pese a los niveles récord de desempleo, por encima del 14 %, y una inflación desbocada que ha superado el 10 % interanual.