“Lamentamos la situación en la que los pobres se encuentran en Brasil, pasando dificultades. No estamos luchando por las elecciones en 2022. Ese tema no se toca” , dijo Bolsonaro junto al ministro de Economía Paulo Guedes, en una feria en Brasilia.
La popularidad del mandatario está en el punto más bajo desde que asumió el poder en 2019, en un contexto económico desfavorable. La inflación alcanzó 10,25% en doce meses hasta septiembre y el desempleo se ubica en 13,7%.
El presidente “es un político popular (...) no es un populista” , dijo Guedes, cuestionado por ceder a la idea de Bolsonaro considerada por algunos de tinte electoral.
En medio de la multiplicación de imágenes de personas buscando alimentos en la basura, el mandatario lanzó la semana pasada su iniciativa de elevar a 400 reales (unos US$ 70) hasta fines de 2022 el monto del programa de ayudas sociales Auxilio Brasil, sucesor del popular Bolsa Familia creada durante el Gobierno del expresidente Lula da Silva, que tuvo como base un programa denominado Bolsa Escuela nacido en la administración del exgobernante Fernando Enrique Cardoso.
El promedio actual del programa es de 192 reales (US$ 33) por mes.
Pero el gasto que implica el aumento para unos 17 millones de brasileños supera el límite previsto por la ley de responsabilidad fiscal, algo que inquietó al mercado y causó cuatro renuncias en el ministerio de Economía la semana pasada.
El gobierno pretende eludir ese techo con una maniobra basada en reformas que ya están en manos del Congreso.
Después de ratificar el viernes su confianza en Guedes, que desmintió rumores de alejamiento, Bolsonaro volvió a respaldarlo este domingo: “Vamos a salir juntos” , aseguró.