Diez años sin ETA pero con su sombra planeando sobre la política española

El 20 de octubre de 2011 ETA anunciaba “el cese definitivo” de su actividad terrorista después de más de cincuenta años y 858 asesinatos, pero diez años después en España sigue sin encontrarse el consenso político sobre si es suficiente o no el arrepentimiento de los líderes independentistas que apoyaron la violencia.

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El décimo aniversario del fin de la violencia de ETA estuvo dominado este miércoles por el recuerdo a las víctimas de la banda terrorista, a través de diversos actos institucionales, y por una nueva polémica sobre los presos de la organización.

Sobre la efeméride planeó el desencuentro por unas palabras el pasado lunes del líder independentista radical vasco Arnaldo Otegi, uno de los principales cabecillas del brazo político de la organización terrorista vasca, en las que transmitió su "pesar y dolor por el sufrimiento padecido" que "nunca debió haberse producido".

En una nueva declaración hecha pública hoy, otro líder independentista vasco afirmó que su formación política trata de "construir puentes y no de cavar trincheras", y aseguró que resulta necesario "dar una solución al asunto de los presos" de ETA, así como "dar pasos en el reconocimiento de todas las víctimas".

El tema del acercamiento de los presos de ETA que cumplen condena en cárceles de distintas provincias españolas alejadas del País Vasco (norte de España) es uno de los motivos de polémica por la denuncia de los partidos de la oposición española, que consideran que forma parte del intercambio político entre el Gobierno español y los partidos independentistas vascos que le apoyan para poder aprobar los Presupuesto para el 2022.

En esto incidió hoy Pablo Casado, el líder del conservador Partido Popular (PP), el principal partido de la oposición, en la sesión de control al Ejecutivo español en el Congreso.

Casado preguntó al presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, si uno de los acuerdos con la formación independentista vasca EH Bildu para sacar adelante los presupuesto de 2022 es la promesa de sacar de la cárcel a 200 terroristas de ETA, una cuestión a la que Sánchez respondió con un "no" contundente.

EL RECUERDO A LAS VÍCTIMAS Y EL ARREPENTIMIENTO DE LOS VERDUGOS

Al margen de la polémica sobre los presos, el décimo aniversario del fin de las acciones de ETA se vio centrado en el recuerdo a las víctimas del terrorismo, con actos institucionales que tuvieron lugar fundamentalmente en el País Vasco, la región española que fue el epicentro de la violencia de la banda.

En Bilbao, el presidente regional vasco, Iñigo Urkullu, expresó su deseo de que las víctimas de ETA formen "parte activa de la construcción de la convivencia y el futuro", mediante una "memoria honesta", y remarcó que los vascos "no estamos dispuestos a olvidar".

En el mismo acto intervinieron familiares de víctimas que destacaron la idea de que la juventud "debe conocer el sufrimiento padecido aquí para que no se repita".

Fueron múltiples los actos que se repitieron en varias ciudades de España y también las voces que hicieron declaraciones en una fecha tan señalada, como la del expresidente del Gobierno español Mariano Rajoy, quien aseguró que diez años después quedan cuestiones pendientes como que se pida perdón por parte de quien "tanto daño ha causado", y que desaparezcan los homenajes a presos de ETA cuando salen de la cárcel.

En una carta publicada hoy, siete exmiembros de ETA señalaron que es "inaceptable" que "no se asuma la responsabilidad política" del daño causado por ETA por parte de la izquierda abertzale (el brazo político de la banda terrorista), a la que acusan de "esconderse" y "echar todo el peso sobre los autores de los atentados".

ETA surgió en una fecha no determinada entre los años 1958 y 1959, en plena dictadura de Francisco Franco, como organización socialista revolucionaria de liberación nacional, aunque con el tiempo se impuso el componente nacionalista e independentista y el uso sistemático de la violencia.

Fruto de su actividad terrorista, según el ministerio español del Interior, fueron asesinadas 858 personas.

Hace una década ETA dejó de matar. En 2011 se llegaron a cifrar en 377 sus crímenes sin resolver. Diez años después se ha logrado esclarecer una decena de ellos, dieciséis según la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), ninguno con la ayuda de miembros de la banda terrorista.

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