Así lo manifestó el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, tras mantener un encuentro con el mandatario ecuatoriano en el Palacio de Gobierno de Carondelet, donde aseguró que este le explicó que son "medidas excepcionales para lidiar con el reto del narcotráfico y la violencia y delincuencia que conlleva".
"Sabemos que en las democracias hay momentos, hay circunstancias excepcionales y hacen falta ciertas medidas para bregar con situaciones como las que experimenta Ecuador en este momento", recalcó el jefe de la diplomacia estadounidense al mostrar su comprensión y apoyo a la decisión.
Con todo, reflexionó que este tipo de medidas "se deben implementar en base a la Constitución y ser focalizadas con el objetivo que se busca y tener un fin definido, y por supuesto proceder de tal manera que se apoyen en los principios democráticos. Es una prioridad para EE.UU. que se respeten estas normas".
El presidente ecuatoriano declaró este lunes el estado de excepción por sesenta días ante lo que consideró una "grave conmoción interna" debido al "aumento de la actividad delictiva", especialmente en provincias donde las estadísticas advierten de un repunte del crimen.
En provincias como El Oro, Guayas, Santa Elena, Manabí, Los Ríos, Esmeraldas, Santo Domingo de los Tsáchilas, Pichincha y Sucumbíos (fronteriza con Colombia) se dispuso la movilización de militares para complementar las acciones policiales.
Al analizar la decisión, Blinken subrayó que "es esencial que se limiten estas medidas y su duración", además de "brindar seguridad a la ciudadanía y que se respeten los derechos humanos, y que las Fuerzas Armadas cumplan principios internacionales".
Y reveló que sus conversaciones con las autoridades ecuatorianas trató la manera de profundizar la cooperación y colaboración en seguridad, y el tema más amplio del narcotráfico y la inseguridad que general. "Lo hemos discutido muy detenidamente", aseveró.
El secretario de Estado habló de la necesidad de abordar el fenómeno del narcotráfico de forma integral y bajo una "responsabilidad compartida" y resaltó que la Oficina Internacional de Asistencia Antinarcóticos ha trabajado activamente con sus contrapartes ecuatorianas y se han destinado 30 millones de dólares en asistencia bilateral desde que el programa se reinició en 2018 "financiando, entrenando, (colaborando con) asistencia técnica".
El jefe del Departamento de Estado aclaró que esa asistencia fue analizada hoy en Ecuador y que seguirá impulsándose.