En la víspera del primer aniversario del asesinato yihadista, profesores y alumnos de todo el país evocaron al docente, cuya brutal muerte reabrió las heridas de los peores atentados en Francia y mostró la importancia de la enseñanza del laicismo.
Después de ser objeto de una agresiva campaña en redes sociales, el profesor de secundaria fue acuchillado y decapitado por un refugiado checheno el 16 de octubre de 2020 en las cercanías de un instituto de la periferia parisina de Conflans-Sainte-Honorine, días después de haber impartido una clase sobre libertad de expresión y laicismo.
Los institutos franceses dedicaron este viernes una programación especial para que los alumnos debatan sobre libertad de expresión y laicismo y guardaron un minuto de silencio, acompañado por una lectura de poemas, como sucedió en el Instituto Voltaire de París.
"Cuando se cumple un año de su muerte hay que recordar a Samuel Paty. Lo mataron por haber hecho su trabajo: enseñar los valores del laicismo y los de la República francesa", dijo a EFE Josua, alumno de 13 años presente en el homenaje celebrado en el patio principal del Instituto Voltaire, un histórico centro que data de finales del siglo XIX.
Allí, varias decenas de alumnos y profesores se congregaron a las 11:30 hora local en un corto y emotivo acto en el que intervinieron profesores y alumnos.
Una lectura de textos del político Jean Jaurès y del autor Albert Camus se intercalaron con momentos de aplausos.
El minuto de silencio fue el punto álgido del acto, al que se siguió la reproducción de una canción de la cantautora francesa Barbara (1930-1997), Perlimpinpin, inspirada en el sinsentido de la guerra.
En Conflans-Sainte-Honorine, donde trabajaba Paty, se celebran también homenajes entre este viernes y el sábado.
Varios líderes religiosos musulmanes depositaron una corona de flores en recuerdo al profesor, de 47 años y padre de un hijo. El presidente Emmanuel Macron se reunirá mañana con su familia.
En los días precedentes al asesinato, el profesor había mostrado las polémicas caricaturas de Mahoma publicadas en Charlie Hebdo dentro de una clase sobre libertad de expresión, aunque dejó la posibilidad a los alumnos musulmanes de abandonar el aula en ese momento.
PROFESORES AÚN CONMOCIONADOS
"Un año después vuelve toda la conmoción, no lo hemos podido olvidar. Lo que más nos ha tocado es que un profesor fue asesinado por hacer simplemente su trabajo", lamenta Sophie Venetitay, profesora de Ciencias Sociales en el Instituto Rosa Parks en Montgeron, en el sur de la periferia parisina.
Venetitay, que también es secretaria general del sindicato FSU, mayoritario en el sector educativo, defendió la importancia de enseñar laicismo en Francia, incluso en zonas de tensiones religiosas.
"No hay que exagerar las condiciones de trabajo en los institutos franceses, hay cosas que son difíciles, como el alto número de alumnos por clase, a veces 35 o 36, pero no vivimos un día a día de grandes problemas o amenazas", añadió en declaraciones a EFE.
La experta en radicalización juvenil Fadila Leturcq considera que, desde el asesinato de Paty, "no se ha mejorado objetivamente", aunque elogió las iniciativas del Gobierno puestas en marcha para promover el laicismo, entre ellas, un mayor control financiero a las asociaciones culturales y lugares de culto.
"Algunos jóvenes se radicalizan porque se sienten marginados, pero, en el fondo, este es un fenómeno que toca a todos los niveles y clases sociales", estimó en manifestaciones a EFE.
El papel de los padres es también crucial para evitar la lacra del radicalismo religioso, agregó Leturcq, quien colabora con el Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional.
Abdullakh Anzorov, abatido por la policía, fue el refugiado checheno de 18 años autor material del cruento suceso, aunque contó con numerosos cómplices, tanto alumnos del instituto como algunos padres, quienes iniciaron una agresiva campaña en internet indignados por un relato deformado de una alumna.
Actualmente, un total de 15 personas están detenidas o bajo investigación judicial, declarada secreta, por presunta colaboración en diverso grado en el asesinato, entre los que destacan el progenitor de una alumna y un conocido militante islamista, considerados responsables de la campaña por redes.