La esclavitud en Latinoamérica y la influencia africana que a día de hoy sigue presente en el continente se inició por una demanda de mano obra en América facilitada por la prohibición de la misma sobre los indios americanos.
En ese viaje transatlántico de esclavos africanos Europa fue la promotora. Desde España se enviaron a América 1.061.000, desde Portugal 5.848.000, Gran Bretaña envió a 3.259.000 y Francia 1.381.000, según datos recabados para la exposición.
"La esclavitud es un tema fundamental en la relación con América Latina, fue uno de los factores principales en la creación del mundo moderno y es uno de los pilares del origen del capitalismo”, explicó a EFE Consuelo Naranjo Orovio, coordinadora de la exposición y profesora de investigación en el Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España.
Esta ventana contada por profesores de investigación en historia, resalta la necesidad de conocer el pasado que une a España y a Europa con Latinoamérica: " como especialistas lo que solicitamos es que se investigue y se dé a conocer la verdad, con sus luces y sus sombra”, expresó Miguel Ángel Puig-Samper, del Instituto de Historia del CSIC, “no podemos negar que España tuvo una participación, pero hay que contextualizar con la época y darlo a conocer sin juicios de valor”.
Las raíces africanas que forman parte de la cultura y tradición caribeña abarcan la exportación e importación de alimentos, danzas, tradiciones, una diversidad que sigue viva a día de hoy y que actualmente está ya presente en todo el mundo.
"Con esta exposición tratamos también un tema actual denunciando el racismo y dando a conocer los orígenes históricos del racismo, unas diferencias que no son tan importantes como la esencia humana que es prácticamente igual en toda la especie”, señaló Naranjo.
Durante la inauguración de la exposición se habló del uso de la memoria histórica y su importancia para comprender y entablar una conversación sincera sobre los resultados y responsabilidades de los orígenes de la esclavitud, así como de la riqueza presente gracias a la relación entre España y Latinoamérica.
"Pensando siempre desde la igualdad, no desde una superioridad que te dé la historia, la historia no da superioridad, del mismo modo que no hay que pedir perdón por la historia. La Historia es el diálogo abierto”, concluyó Puig, que puso especial énfasis en la sencillez de la exposición para la comprensión de los más jóvenes: " Nos interesa más el impacto en el mundo educativo".