“No existe otra prioridad más urgente que poner fin a las crisis sanitarias, económicas y sociales provocadas por la pandemia de la covid-19, e instaurar una recuperación verde, inclusiva y resiliente”, indicó la declaración final de la reunión ministerial del organismo, clausurada hoy.
En este primer encuentro presencial de alto nivel después del inicio de la pandemia, sus representantes se comprometieron a desplegar un esfuerzo de vacunación "mundial y justo" y a trabajar contra los obstáculos económicos y sociales que impiden que mujeres y niñas se beneficien plenamente de las oportunidades creadas por la recuperación en marcha.
La reunión del Consejo a nivel Ministerial (RCM) es el foro de más alto nivel de la OCDE y ha contado entre otros con ministros de Finanzas, Economía, Exteriores, Comercio y otras instituciones gubernamentales de los países miembros y socios de la organización.
"Optimizar la fortaleza de la recuperación de la covid-19 ha estado en el centro de todas las discusiones", señaló en conferencia de prensa su secretario general, Mathias Cormann, que en junio sustituyó al mexicano Ángel Gurría para un mandato de cinco años.
El comunicado conjunto estuvo lleno de buenas intenciones, tanto a nivel económico y social como medioambiental.
"Confirmamos nuestro compromiso a actuar de forma urgente de cara a lograr la neutralidad de carbono de aquí a 2050 gracias a una fuerte reducción de las emisiones de gas con efecto invernadero a lo largo de esta década", se destaca en el documento.
Las conclusiones de este encuentro reafirmaron además los valores comunes con los que esta organización, que cuenta actualmente con 38 miembros, se fundó hace sesenta años, con la democracia y el Estado de derecho como pilares fundamentales.
En la lista para adherirse están Brasil, Argentina, Perú, Bulgaria, Rumanía y Croacia, sobre los que Cormann se comprometió a facilitar en las próximas semanas las consultas respectivas al respecto.
"En la decisión de abrir o no discusiones de adhesión, los miembros se guiarán por las elevadas exigencias propias a esos valores compartidos", sostuvo la nota que cierra una sesión cuya celebración coincide con el sesenta aniversario de la OCDE.
Esta conmemoración ha servido para echar la vista atrás y al mismo tiempo fijar la hoja de ruta para el futuro, en la que subrayaron su voluntad de seguir apoyando a los países, sean o no de la OCDE, a desarrollar políticas que promuevan un desarrollo sostenible.
"La OCDE seguirá trabajando para impulsar el compromiso con otros organismos multilaterales", añadieron en un momento en que hay quien ha visto la defensa de la democracia o de los derechos humanos como un intento del Gobierno estadounidense de trasladar a la organización la nueva política de contención de Washington contra China.
Blinken dejó claro en su participación que los valores de la OCDE, frente a desafíos como la pandemia o el cambio climático, son actualmente más necesarios que nunca.
La adopción de recomendaciones sobre "la mejora del acceso a los datos y del intercambio de información", sobre "la transparencia y la equidad procesal en la aplicación de la legislación en materia de competencia" y "la agilización de la gobernanza regulatoria para potenciar la innovación" formaron parte de las conclusiones concretas de la cita.
Este viernes se ultimarán además de forma virtual en la OCDE las discusiones sobre la creación de un marco fiscal internacional con dos grandes pilares: un impuesto a las grandes empresas y la fijación de un impuesto de sociedades mínimo del 15 %.
“Un enfoque común en la tasación creará una base fuerte para países de todo el mundo para financiar cosas que son vitales para las vidas de sus ciudadanos”, concluyó Blinken, que recordó el apoyo de su país a una acuerdo cuya negociación entra este mes en su recta final.