La red facilitaba el transporte y el alojamiento ilegal en los puntos de tránsito y los migrantes, que pagaban entre 1.000 y 2.000 euros por “el peligroso viaje en la parte trasera de grandes camiones”, escondidos entre mercancías como troncos de árboles y tarimas, soportando bajas temperaturas y condiciones infrahumanas durante varios días.
La organización delictiva había estado operando desde los condados rumanos de Timisoara y Arad desde mayo de 2020, aunque estaba compuesta principalmente por ciudadanos afganos, que traficaban con migrantes que reclutaban en campos de refugiados y otros lugares donde se ocultaban los solicitantes de asilo.
Durante este operativo, los agentes han registrado unas 19 ubicaciones en Rumanía, y se han incautado de una cantidad indeterminada de dinero en efectivo, 83 teléfonos móviles, otros equipos electrónicos y diez viales de morfina, resumió Europol.
Además, han sido identificados 27 sospechosos, de los cuales los agentes han arrestado a 21 personas: 16 afganos, un iraní y cuatro rumanos, que transportaban ilegalmente a los refugiados desde Rumanía a países de Europa occidental, principalmente Francia y Alemania.
Según los investigadores, los camioneros que transportaban a las víctimas desconocían que estaban ocultas en sus vehículos, puesto que, mientras tomaban sus descansos para dormir en Rumanía, los traficantes abrían los remolques sin llamar la atención.
Una vez en Alemania, por ejemplo, los refugiados saltaban del camión cuando los conductores volvían a parar para tomarse descansos o descargar la carga. Las autoridades alemanas han detectado alrededor de 50 casos similares.
Según Eurojust, se cree que entre julio y septiembre de este año la red transfirió al menos a 150 migrantes irregulares desde la frontera serbia a través de Rumanía, generalmente en grupos de cuatro a 16 personas, y los beneficios de los delitos de esta red se estiman en al menos 500.000 euros.