Brasil dio un paso más en la flexibilización de las restricciones para el ingreso de extranjeros por vía área, a los que les seguirá exigiendo un test -antígeno o PCR- negativo en covid-19, pero no un comprobante de vacunación.
Desde diciembre pasado los vuelos procedentes de Reino Unido estaban suspendidos, salvo para algunos casos, como consecuencia de la aparición de la variante alfa en ese país.
En enero se tomó la misma medida con Sudáfrica y en mayo con la India, países donde se detectaron por primera vez las variantes beta y delta, respectivamente.
Esas tres variantes, junto con la gamma, surgida en Brasil, son clasificadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como "preocupantes" por su mayor poder de infección y circulan ampliamente por el territorio brasileño, especialmente la gamma y la delta.
Ahora, el Gobierno retira esas restricciones con esos tres países en un momento en el que la campaña de vacunación avanza en el país, con el 70 % de la población brasileña con la primera dosis y el 45 % con el ciclo completo de inmunización.
No obstante, Brasil mantuvo la prohibición de ingreso a extranjeros por vía terrestre, excepto para familiares de brasileños o cuando se trate de crisis humanitarias.
Por otro lado, el Ejecutivo no ha incluido esta vez nuevas exigencias para el ingreso de extranjeros al país, como el "pasaporte de vacunación" que han adoptado varios países y unos 200 municipios brasileños.
El presidente Jair Bolsonaro, quien minimiza la gravedad de la pandemia desde su inicio y asegura con orgullo que no se ha vacunado contra la covid, ha vertido fuertes críticas contra estos certificados de vacunación porque los considera "discriminatorios".
Con cerca de 600.000 fallecidos y 21,5 millones de positivos, Brasil es uno de los países más castigados por la pandemia, junto con Estados Unidos y la India.