Los 330.000 casos de abusos o violencia sexual sobre menores o personas vulnerables registrados en el informe que hoy publica la comisión francesa, acordada a tal efecto en 2018, han llevado de nuevo al Papa expresar su “dolor” y a manifestar el agradecimiento a las víctimas por su valentía en la denuncia.
Estos son los países en los que, al igual que en Francia, se han contabilizado y denunciado casos de pederastia en el seno de la iglesia Católica:
Estados Unidos
En los últimos años han sido publicados varios informes que han revelado casos de abusos en numerosas diócesis de Pensilvania, Texas y otros estados estadounidenses que implicaban a miles de religiosos. La Iglesia Católica ha desembolsado más de 3.300 millones de dólares, según datos publicados por la organización ″Bishop Accountability″ este año.
La Corte Suprema de Pensilvania publicó en 2018 un informe que documentaba 300 supuestos casos de "sacerdotes depredadores" sexuales ocurridos en diócesis del estado e identificaba a más de 1.000 menores víctimas. Tras difundirse el documento, cerca de 50 diócesis de EEUU divulgaron listas con nombres de más de 1.200 curas acusados de pederastia.
En el informe de Pensilvania, el gran jurado criticaba que todos los casos, demasiado antiguos para ser juzgados, fueron dejados de lado por los responsables católicos, que "prefirieron proteger a los abusadores y a la institución, sobre todo".
En Estados Unidos, las denuncias por abusos a menores de sacerdotes salieron a la luz en los años noventa, afectando a diócesis grandes y pequeñas, desde Boston a Chicago, Honolulu, Palm Beach, Filadelfia o Los Ángeles.
Australia
En Australia, uno de los países con mayor porcentaje de católicos del mundo anglosajón, unas 4.500 personas denunciaron abusos sexuales cometidos por unos 1.800 miembros de la Iglesia católica entre 1980 y 2015, según datos del informe final elaborado por la Comisión Real sobre la Respuesta Institucional a los Abusos Sexuales, publicado en diciembre de 2017.
La citada comisión calificó los hechos como "tragedia nacional" y propuso más de 400 recomendaciones, entre ellas solicitar al Vaticano que el celibato deje de ser obligatorio, que se trate el abuso sexual contra menores como un crimen y que el secreto de confesión no se aplique a casos de pederastia, petición que el papa Francisco atendió en 2019.
También recomendaba un Plan Nacional de Indemnizaciones que entró en vigor el 1 de julio de 2018.
Tras la publicación del informe, el Gobierno de Australia pidió oficialmente perdón a las víctimas por no haber "escuchado, creído y brindado justicia", según afirmó ante el Parlamento en octubre de 2018 el primer ministro Scott Morrison.
República de Irlanda
El pasado de 2021, el primer ministro de Irlanda, Micheal Martin, pedía también perdón "a las madres solteras y los bebés" que sufrieron "terribles abusos" en instituciones religiosas y estatales durante gran parte del siglo XX.
Lo hacía poco después de conocerse las conclusiones de una investigación iniciada en 2014 que denunciaba la muerte de hasta 9.000 menores en casas de acogida regentadas por órdenes religiosas católicas y autoridades estatales.
Antes de esta investigación, sucesivos informes publicados desde los años noventa habían anticipado la gravedad de la situación. Uno de los primeros fue el del sacerdote Brendan Smyth, encarcelado en 1994 tras declararse culpable de 74 cargos de abusos sexuales a menores durante 40 años. El controvertido retraso en su extradición desde Belfast provocó la caída del Gobierno de Albert Reynolds.
Tras la publicación de otros dos documentos en 2009, conocidos como informes "Ryan" y "Murphy", Benedicto XVI se reunió con los obispos irlandeses para adoptar medidas y en una carta pastoral dirigida los católicos irlandeses en 2010 el pontífice reconoció que la Iglesia había sido "incapaz" de "actuar con eficacia" y de impedir los abusos contra centenares de menores.
Alemania
En Alemania los primeros casos de abusos a menores por sacerdotes comenzaron a salir a la luz en los años noventa.
Tras las primeras sentencias a comienzos de 2002, la Conferencia Episcopal firmó ya un documento en el que solicitaban perdón y adoptaban unas "líneas generales" contra los abusos.
En septiembre de 2018 el semanario "Der Spiegel" publicaba un informe elaborado por encargo de la Conferencia Episcopal que documentaba 3.677 casos de abusos sexuales cometidos por 1.670 religiosos católicos entre 1946 y 2014. La mitad de las víctimas eran menores de 13 años y en uno de cada seis casos se trató "de alguna forma de violación", según el citado medio. Días después el episcopado alemán admitía su "vergüenza".
Las denuncias afectaron a las 27 diócesis católicas, así como al Coro de la Catedral de Ratisbona, del que fue director musical Georg Ratzinger, hermano de Benedicto XVI.
Tras el sínodo sobre pederastia en el Vaticano a petición del papa Francisco en 2019, la conferencia episcopal alemana anunció la apertura de un diálogo interno sobre el celibato, el abuso de poder y la moral sexual en la Iglesia católica.
España
La iglesia Católica española daba a conocer este año por primera vez los datos de denuncias a sacerdotes por abusos sexuales a menores desde 2001 y los cifraba en 220 los clérigos denunciados en los 151 casos ya resueltos.
Los datos, procedentes de la Congregación para la Doctrina de la Fe, no aportaban número de víctimas, ni lugares, ni años en que se cometieron los abusos. Y aunque se desconocen las denuncias recibidas en las oficinas de atención a las víctimas abiertas en las diócesis desde 2019, éstas han continuado.
Precisamente en 2021 la Compañía de Jesús, que en 2019 creó la figura de Responsable de Entorno, identificaba, tras publicar un informe "para rendir cuentas del pasado y pedir perdón", 81 casos de menores y 37 de adultos víctimas de abusos sexuales por parte de 96 jesuitas, entre 1927 y 2020.
En 2020, la Congregación de los Maristas de Cataluña, la primera de España en crear una comisión independiente para valorar las indemnizaciones a las víctimas de abusos sexuales, resolvía pagar un total de 400.000 euros a 25 exalumnos.
Desde comienzos de los 90 han salido a la luz en el seno de la Iglesia española numerosos casos de pederastia de los cuales muchos han prescrito, pero de otros ha habido pronunciamiento civil o canónico.