Un montacargas arrastraba uno de los obstáculos metálicos pintado con colores patrios atravesado en el Puente Internacional Simón Bolívar, que comunica a la ciudad venezolana de San Antonio del Táchira con Cúcuta, en Colombia, dejando una estela de tierra y marcas en el asfalto, constató una periodista de la AFP.
El gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro no explicó aún el alcance de la medida, que se extenderá a otros pasos con el país vecino, según fuentes militares.
No está claro si se permitirá la libre circulación por este puente, que era muy fluida hasta que fue cerrado. Unas 40.000 personas cruzaban diariamente en 2019.
“Lo prometido es deuda, pueblo de Táchira” , dijo Freddy Bernal, “protector” del estado, como se llama a las autoridades paralelas creadas por Maduro para regir en estados gobernados por la oposición. Bernal aspira a la gobernación en las próximas elecciones regionales, en noviembre.
Militares venezolanos comenzaron a trabajar el domingo de noche, quitando vallas metálicas que obstaculizaban el paso hacia el puente Simón Bolívar.
El gobierno ordenó el bloqueo de los pasos binacionales a principios de febrero de 2019, para impedir el ingreso de alimentos e insumos médicos gestionados por el líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por más de 50 países encabezados por Estados Unidos y Colombia.
Los obstáculos y una fuerte presencia militar impidieron el ingreso de los cargamentos desde Cúcuta el 23 de febrero, lo que generó fuertes disturbios en el lado venezolano.
Maduro, que rompió relaciones diplomáticas con Bogotá por su reconocimiento a Guaidó, ordenó entonces el cierre de la frontera aduciendo que las donaciones eran un pretexto para una “invasión” de Estados Unidos.
El cierre se prolongó debido a la pandemia de covid-19, aunque muchos siguieron cruzando por trochas -pasos informales- en esta porosa frontera de 2.200 km.
Y pese a que Bogotá decidió en junio abrir de forma unilateral sus fronteras fluviales y terrestres con Venezuela, el paso aún no es fluido por restricciones de las autoridades venezolanas.
“Ya es hora de que nosotros tengamos la libertad de poder pasar, ir y venir tranquilamente sin que haya ningún inconveniente, como hermanos que siempre hemos sido” , dijo a la AFP Rafael Gómez, dueño de un estacionamiento de camiones en San Antonio, que aseguró el cierre fronterizo afectó la economía de la zona. “¡Estamos quebrados!” .
“Sería un regalo para colombianos y venezolanos” , expresó Jesús Prada, trabajador de una lavandería.
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AFP