El kirchnerismo recurre al clientelismo político tras el revés electoral

El Gobierno de Argentina, en manos del kirchnerismo, ha reaccionado al duro revés electoral que sufrió el oficialismo en las recientes elecciones primarias con una seguidilla de anuncios populistas, buscando ganar votos entre la gente más necesitada en las elecciones de noviembre.

Una Villa (barriada pobre) de la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). El 42% de la población argentina está en situación de pobreza.
Una Villa (barriada pobre) de la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). El 42% de la población argentina está en situación de pobreza.Juan Ignacio Roncoroni

Las primarias legislativas del pasado 12 de septiembre, las primeras elecciones que afrontó el Gobierno de Alberto Fernández, saldaron con una derrota que el oficialismo no dudó en atribuir a una economía que, en recesión, precisamente por años de populismo y clientelismo político, se hundió estrepitosamente por los efectos de la pandemia de covid-19.

La tasa de pobreza en Argentina se ubica en 40,6% en el primer semestre; y la indigencia, que señala a personas que no alcanzan a cubrir los gastos alimentarios básicos, se situa en 10,7%, según los últimos datos, dados a conocoer esta semana.

El revés electoral desató una crisis en el seno del Ejecutivo.

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, verdadera dueña del poder político en el goiberno, hizo públicas sus críticas a la moderación fiscal aplicada en el primer semestre de este año, lo que supuso un recorte de muchos de los subsidios puestos en marcha en 2020 ante la irrupción de la pandemia.

Reclamó además a Alberto Fernández una renovación del Gabinete de Gobierno, que finalmente se concretó.

Apaciguados los ánimos en el oficialismo, lo que sobrevino es una seguidilla de anuncios de medidas de diverso alcance, que aún no ha terminado ya que se esperan más anuncios.

Aumento del salario mínimo, reducción en el número de trabajadores que pagan impuestos sobre sus salarios, un programa para reducir la informalidad de los trabajadores domésticos y un plan de jubilación anticipada son solo algunas de las medidas anunciadas en las últimas semanas, a las que también se sumaron nuevas flexibilizaciones a las restricciones sanitarias por la pandemia.

MAYOR GASTO Y DÉFICIT

Los expertos advierten de los conocidos problemas que acarrea el exorbitante gasto público, y sus efectos sobre la inflación, ya muy elevada en Argentina, del 51,4 % interanual en agosto pasado.

Para Leonardo Piazza, director de la consultora LP Consulting, las medidas que se están tomando "no atacan las causas para mejorar una economía en la que no hay crecimiento del empleo formal ni confianza en la moneda y con una inflación que sigue creciendo".

Según el consultor, el Gobierno está tomando decisiones que no solo "no le garantizan un éxito electoral" en los comicios legislativos de noviembre sino que, además, le dejan un "problema muy importante" para los dos años de mandato que le quedan a Alberto Fernández.

"Las acciones anunciadas implican un aumento del gasto público, lo que genera un déficit fiscal estructural importante que el Estado, por su debilidad macroeconómica, no puede financiar más que con emisión monetaria", dijo Piazza a Efe.

Gracias a la "cautela fiscal" aplicada por el ministro de Economía, Martín Guzmán, y criticada por Cristina Fernández, Argentina había logrado en los ocho primeros meses del año bajar su déficit fiscal primario al 1 % del PIB, tras cerrar 2020 con un rojo equivalente al 6,5 %.

Pero la pauta presupuestaria presentada pocos días después de la derrota electoral, incluye cerrar este año con un déficit primario del 4 % del PIB, lo que supondría una importante aceleración del gasto hasta fin de año.

INFLACIÓN

Entre los economistas no hay acuerdo sobre si es posible ejecutar gastos que impliquen consumir en solo cuatro meses el equivalente a tres puntos porcentuales del PIB, por eso hay consultores que proyectan para este año un déficit primario del 3,6 % del PIB.

"Esta proyección asume que el Gobierno todavía intentará dar señales de prudencia en el marco de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional y no elevar la base a partir de la cual deberá acentuar la convergencia fiscal los próximos años", dijo la consultora LCG en un reciente informe.

Como sea, un aumento del déficit está en el horizonte y, de la mano, una mayor emisión de pesos argentinos, dando lugar a un "rezago monetario" que, para Piazza, generará a su vez mayor inflación.

Para el experto, “lo que no logra entender el Gobierno es que, para aumentar el ingreso real de la gente y que tenga capacidad de ahorro y consumo, hay que combatir la inflación”.

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