Un total de 223 candidatos, entre ellos 26 mujeres, competirán por 30 de los 45 escaños de la "Shura" catarí, mientras que los quince restantes serán nombrados directamente por el emir, Tamim bin Hamad al Zani.
Además de las tareas legislativas, este órgano tendrá capacidad para supervisar al Gobierno y aprobar el presupuesto del Estado del mayor exportador de gas del mundo y uno de los países con mayor renta per capita (más de 50.000 euros/año).
No debatirá, sin embargo, las decisiones del emir relacionadas con la alta política del país, particularmente en lo que se refiere a cuerpos sensibles de asesoría al jefe del Estado, como los consejos Supremos de Defensa, Asuntos Económicos o de la Seguridad Nacional.
SALTO CUALITATIVO
Pese a sus limitados poderes comparados con los estándares occidentales, los cataríes, cuya única anterior experiencia electoral democrática fue la elección de un Consejo Municipal Central en 2019, consideran que se trata de un salto cualitativo hacia la participación del pueblo en la vida política y en el futuro de su pequeño pero rico país.
"Ahora se ha abierto un espacio para que el pueblo participe en la legislación. Estamos orgullosos de este logro parlamentario", dijo a Efe Amina Mubarak al Musalam, la única mujer que se presenta en una de las circunscripciones de Doha frente a siete hombres.
Pese al limitado número de candidatas y a motivos sociales que pueden minimizar sus opciones de ganar un escaño, como la naturaleza tribal conservadora del país, "nada impide que las mujeres ejerzan su derecho electoral y gocen de sus plenos derechos", confió.
"Aquí participamos con toda libertad e igualdad", agregó Al Musalam, que subrayó que ganar un escaño "dependerá de los votos en función de la convicción del votante y la honestidad de su voz".
MEJORA DE LA IMAGEN
Tras el éxito de haber conseguido la sede de la Copa del Mundo de fútbol de 2022, estos comicios pueden servir también a Catar para mejorar su imagen en el exterior, donde ha ganado peso recientemente gracias a su papel como intermediador entre la comunidad internacional y los talibanes de Afganistán y su asistencia en las operaciones de evacuación de ese país.
"Esta primera experiencia democrática fortalece la marcha exterior de Catar. Es un paso importante para reforzar nuestra presencia política interna y externamente", señaló a Efe el candidato Mohamad al Obaidly.
Apuntó que el Consejo de Shura actuará sobre una "base de leyes en diversos campos, incluida la vida política" y que Catar "tiene una sólida estructura legislativa que le brinda una vida democrática saludable, y en el exterior ejerce su papel pionero".
IGUALDAD, MUJER Y JOVENES
Los programas de algunos candidatos, que no están adscritos a partidos, inexistentes en Catar, han incluido propuestas como proporcionar viviendas gratuitas a los funcionarios públicos o ayudas financieras a los recién nacidos hasta la edad adulta.
Sin embargo, otros se han centrado en temas de más calado social como el apoderamiento de jóvenes y mujeres o se atreven incluso a tocar cuestiones considerados tabú en la región del golfo Pérsico, como el derecho de la mujer a conceder su nacionalidad a sus hijos nacidos de un matrimonio con un extranjero.
La campaña electoral, que inició el 15 de septiembre, se desarrolló sin incidentes hasta este viernes, día de reflexión, pese al descontento por un artículo en la ley electoral que restringe el derecho a presentarse como candidatos a los cataríes con nacionalidad "original".
Además, a aquellas personas que la han adquirido solo se les permitirá votar si su abuelo es catarí y ha nacido en el país, que tiene una población de 2,7 millones de habitantes, un 13 % de ellos cataríes y el resto inmigrantes.
LA SHURA EN EL GOLFO
Catar contaba con un Consejo de Shura designado por el emir desde 1972, pero estas elecciones le convierten en el quinto entre los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) con una asamblea elegida por sufragio universal.
Sólo Kuwait tiene un parlamento con plenos poderes, mientras que el resto de los miembros del CCG -Baréin, Omán, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabia Saudí- dispone de consejos de Shura con poderes legislativos limitados, que asesoran al jefe de Estado, y todos sin partidos políticos.
Arabia Saudí se quedará así como el único miembro del CCG con una Shura cuyos miembros son todos designados por el rey.