Las elecciones del pasado domingo no dejaron otra opción que un tripatito o una reedición de la gran coalición, esta presidida por los socialdemócratas, lo que de momento no está en los planes de nadie.
La primera reunión entre representantes del FDP y Los Verdes tuvo lugar anoche en medio de una gran confidencialidad y de ella ha trascendido muy poco.
"En busca de un nuevo Gobierno hemos explorado puntos en común y puentes para superar lo que nos separa. Incluso hemos encontrado alguno", dice un lacónico texto publicado este miércoles en redes sociales después de que los dos copresidentes de Los Verdes, Annalena Baerbock y Robert Habeck, se reunieran con el jefe de los liberales, Christian Lindner, y su secretario general Volker Wissing.
No es un secreto, y los partidos no lo ocultan, que mientras los liberales preferirían una coalición presidida por los conservadores Los Verdes apuntan a una alianza con los socialdemócratas.
Sin embargo, de momento verdes y liberales hablarán tanto con los socialdemócratas de Scholz como con el bloque conservador de Laschet, formado por la Unión Cristianodemócrata (CDU) y la Unión Socialcristiana (CSU) de Baviera.
Los socialdemócratas, que resultaron ganadores en las elecciones, están tratando de acelerar al proceso y ya han nombrado un equipo negociador, en el que se destaca la presencia de la primera ministra de Renania-Palatinado, Malu Dreyer, que preside en el ese estado federado la coalición semáforo.
Mientras tanto en la CDU/CSU, pese a que Laschet no ha desistido de lograr una mayoría parlamentaria, hay primeras señales de retirada. Sobre todo de parte de la CDU/CSU hay preocupación de que un posible acuerdo con verdes y liberales implique concesiones programáticas que lleven a desnaturalizar al bloque conservador.
"Estamos dispuestos a asumir responsabilidad y por eso hemos hecho la oferta a los otros partidos pero no queremos formar Gobierno a cualquier precio", dijo el líder parlamentario de la CSU, Alexander Dobrindt.
Laschet, sin embargo, insiste en que ha recibido "fuertes señales" de los liberales y se apoya en su relación personal con Lindner, con quien formó una coalición en Renania del Norte-Westfalia.
En todo caso, mientras que el reto de Laschet es atraer a Los Verdes para Scholz lo más difícil será definir un plan de Gobierno con el que puedan sentirse identificados los liberales.
Todos los partidos tendrán que hacer concesiones, al margen de la coalición que se forme al final, pero está claro que para verdes y liberales es más difícil prescindir de aspectos que forman parte de sus señas de identidad.
En el caso de los liberales, está el rechazo a las alzas de impuestos y al deseo de alivios fiscales. Los Verdes tienen como su punto central la transformación ecológica y la lucha contra la crisis climática, para lo que piden una ofensiva de inversiones.