La fuente también destacó la detención de tres agentes de la PNC -cuyas identidades no fueron proporcionadas- acusados de “colaborar” con miembros de pandillas.
Señaló que, en promedio, cada día los agentes arrestan a "90 personas" acusadas por diferentes delitos, entre los que se encuentran homicidios, extorsiones, lesiones, violaciones sexuales y hurto y robo de vehículos.
La fuente añadió que "el 68 % del total de arrestos han sido ejecutados en flagrancia", lo que "refleja la alta operatividad policial".
El jueves, mil integrantes de la Fuerza Armada se incorporaron al Plan Control Territorial, con el que el Gobierno de Nayib Bukele busca cortar las fuentes de financiación de las pandillas y su control en los territorios salvadoreños, sobre todo en las zona rural y en las comunidades populosas.
El ministro de la Defensa de El Salvador, René Merino, aseguró el martes que la baja en la cifra acumulada de los homicidios en lo que va del 2021 se debe a un mayor despliegue militar ordenado por el presidente Bukele en julio pasado.
Entre el 1 de enero y el 20 de septiembre, según datos proporcionados por Merino en un canal gubernamental, se registraron 807 homicidios, 115 menos que los 922 computados en el mismo lapso del 2020, lo que representa una baja de un 12,5 %.
"Son datos, obviamente, muy positivos", indicó Merino, quien atribuyó esta caída al Plan Control Territorial y al lanzamiento de la fase 4 del mismo.
Esta fase consiste en incrementar el número de soldados en las labores de seguridad ciudadana y en duplicar, en el plazo de cinco años, el número total de efectivos militares.
El ministro de la Defensa prevé que, al cierre del 2021, la Fuerza Armada pase de 20.000 efectivos a unos 21.500, de los más de 40.000 que se espera alcanzar en cinco años.
El Salvador registró en 2015 al año más violento de su historia reciente con 103 homicidios por cada 100.000 habitantes, tasa que se ha venido reduciendo desde entonces.
El Salvador es asediado por las pandillas Barrio 18 y Mara Salvatrucha (MS13), que se han adaptado a los planes de seguridad de varios gobiernos, como la confrontación directa o la negociación de un armisticio entre las mismas bandas.