En El Salvador, el uso del bitcóin como forma de pago es obligatorio, según la normativa, y todo agente económico está obligado a aceptar la criptomoneda.
La adopción de la moneda virtual, con sus potenciales beneficios para sectores sin acceso a la banca y la atracción de grandes tenedores de la criptodivisa, es la principal apuesta económica del presidente Nayib Bukele frente a la pandemia.
El Salvador se convirtió el pasado 7 de agosto en el primer país del mundo en el que tiene curso legal el bitcóin como moneda de intercambio, junto al dólar estadounidense. La iniciativa ha generado el rechazo de una parte de la población del país.
El Gobierno salvadoreño ya compró 700 de estas criptomonedas, según anunció el pasado lunes el presidente Nayib Bukele, que apuesta a que los potenciales beneficios para sectores sin acceso a la banca y la atracción de grandes tenedores de la criptodivisa ayuden a superar la crisis económica derivada de la pandemia.
La adopción del bitcóin en El Salvador "es realmente un proyecto innovador de inclusión financiera", afirmó Mossi en declaraciones a Efe, y agregó que cree "que va a tomar muchos años, si es que la población acepta el uso de una criptomoneda para una forma amplia de hacer transacciones".
"Pero aún faltaría mucho, creo yo, para convertirse en una moneda que compita con las monedas de curso, digamos, más tradicional", agregó el presidente del BCIE, del que El Salvador es socio fundador.
Ya en junio pasado el BCIE anunció que trabajaría en conjunto con el Gobierno de El Salvador para proveer asesoría en la puesta en marcha del nuevo esquema de criptomoneda con el bitcóin, incluidos asuntos como "evaluación de los riesgos, regulación, educación financiera y plan de inversión".