Coincidiendo con la celebración este viernes del Día Internacional de la Investigación contra el Cáncer y con que este mes de septiembre está dedicado a la concienciación sobre el cáncer infantil, los investigadores del IBEC han dado a conocer este nuevo avance, que han publicado en la revista ‘Frontiers in Cell and Developmental Biology’.
La leucemia linfoblástica aguda (LLA) representa una cuarta parte de todos los casos de cáncer diagnosticados en niños y adultos jóvenes, y es la causante del mayor número de muertes en esa franja de edad.
Aunque la mayoría de los pacientes responden bien al tratamiento, en entre el 15 y el 20 % de los casos el cáncer reaparece.
El tratamiento estándar para estos pacientes se basa en administrar terapias agresivas que, aunque salvan vidas, también pueden inducir efectos secundarios a largo plazo, incluido deterioro mental y físico.
Ahora, un estudio liderado por Joan Montero y Albert Manzano (IBEC) ha abordado la necesidad urgente de desarrollar terapias personalizadas que se adapten a cada paciente y, al mismo tiempo, que reduzcan los efectos secundarios que derivan del actual enfoque de 'tratamiento único'.
En este estudio, los investigadores utilizaron una metodología novedosa, conocida como 'dynamic BH3 profiling', que mide la capacidad de los fármacos para inducir la muerte celular (entrar en apoptosis), y de esta manera evaluar nuevos tratamientos que podrían mejorar la terapia de los pacientes con leucemia linfoblástica aguda precursora de células B (BCP-ALL), especialmente en aquellos pacientes que han sufrido una recaída.
Con esta novedosa técnica, los posibles tratamientos contra el cáncer se pueden probar directamente en el laboratorio, en las células del propio paciente y, analizando los eventos apoptóticos tempranos, determinar si un tratamiento concreto matará las células, en este caso, leucémicas, de una forma más rápida.
"Esta nueva técnica permite reducir significativamente el tiempo de análisis y predecir con precisión la efectividad de tratamientos secuenciales para la leucemia linfoblástica aguda pediátrica", ha explicado Joan Montero, autor principal del trabajo.
Los científicos también investigaron cómo las diferentes variaciones genéticas de BCP-ALL respondían a los fármacos antitumorales en combinación con BH3 mimetics, pequeñas moléculas que bloquean específicamente las proteínas que evitan la muerte de las células cancerosas.
"Descubrimos que muchos de los fármacos que solo tenían una eficacia modesta cuando se administraban por sí solos, mataban a una proporción significativamente mayor de células cancerosas cuando se administraban en combinación con BH3 mimetics", ha detallado Albert Manzano.
De hecho, este efecto fue sinérgico en la inhibición dual de las proteínas MEK y MCL-1, y logró la eliminación casi completa de las células leucémicas.
Según los investigadores, estos resultados pueden ser particularmente relevantes en el diseño de nuevas combinaciones terapéuticas para pacientes que han sufrido recaídas.
Los resultados del trabajo muestran la eficacia de usar esta nueva técnica para predecir la mejor combinación de tratamientos para cada paciente y aumentar así la potencia y eficacia de la terapia.
“Esperamos que este y futuros estudios en nuestro laboratorio puedan ayudar a los pacientes pediátricos con leucemia a curarse con los mínimos efectos secundarios adversos posibles”, ha concluido Montero.