Manifestantes de organizaciones sociales de izquierda no afines con el Gobierno de Alberto Fernández marchan en la capital de Argentina hacia la sede del Ministerio de Desarrollo Social, a donde ya habían marchado en forma masiva hace un mes atrás, luego de que el titular de esa cartera cambiara a Juan Zabaleta.
En tanto, la marcha se realiza después de que el miércoles varios ministros, que responden al sector liderado por la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, pusieran a disposición sus cargos ante el presidente, lo que ha abierto una crisis en el seno del Ejecutivo luego de que el oficialismo perdiera las primarias del domingo para definir candidatos legislativos para las elecciones del 14 de noviembre próximo.
“No hay ninguna razón para no hacer la marcha”, dijo el dirigente del Polo Obrero, una de las agrupaciones que marchan este jueves, Eduardo Belliboni, a varios medios, para quien cualquiera de las facciones que resulte ganadora de la pelea interna “el resultado va a ser más ajuste”.
El dirigente señaló que la marcha "no tiene nada que ver con la crisis política que se está desenvolviendo" y que la lucha de poder "no tiene nada que ver con las necesidades de la población".
Belliboni recordó que hace 70 días que muchos comedores populares no se entregan alimentos y que caen el empleo, los salarios y las jubilaciones y que la razón por cual “perdieron las elecciones” es “porque ajustaron”.
Las manifestaciones sociales se han incrementado este año en Argentina, ante la crisis económica que atraviesa el país profundizada por la pandemia de covid-19 y ante la celebración de elecciones legislativas.
Argentina registra una inflación interanual del 51,4 % en agosto pasado, caída del empleo y una pobreza que ya había trepado al 42 % en el segundo semestre de 2020, luego de que la economía sufriera el año pasado la segunda caída más profunda desde 2001 -9,9 %- acumulando tres años en recesión.
Belliboni dijo que las agrupaciones quieren que “las cosas elementales se empiecen a discutir en el país”, es decir, el trabajo, la educación, la comida y la asistencia social en emergencia.
Recordó que el principal reclamo “es el trabajo genuino” y que hace un mes presentaron a Zabaleta una carpeta con 100 mil personas con oficios para que puedan trabajar en la obra pública, que considera puede “reactivar la construcción” y llevar a que “la gente pueda vivir de su trabajo”.
Fernández preguntó esta semana en un acto donde pidió el voto para las elecciones de noviembre "quién puede creer" que en su Gobierno son "felices distribuyendo planes" sociales y que lo que quieren es "distribuir trabajo".
Belliboni consideró que aunque la coalición de gobierno se ponga de acuerdo y haya un cambio en el gabinete de ministros no generará una solución: "Esta gente no tiene una política para resolver el problema de los trabajadores”.
Señaló que las dos facciones del Gobierno avalan un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en 2022, con el que Argentina necesita renegociar un acuerdo de unos 45.000 millones de dólares: “Va a profundizar el ajuste que ya se hizo”, previó.