Un alto funcionario de la Casa Blanca indicó este sábado a la prensa que los 6.800 refugiados fueron transportados en vuelos militares estadounidenses y de la OTAN.
En concreto, 32 aviones de EE.UU. evacuaron a 4.000 personas y 34 aeronaves de la OTAN sacaron de Afganistán a 2.800.
De esa forma, Washington ha organizado la evacuación de Afganistán de 111.900 personas desde el 14 de agosto, cuando aceleró las labores de evacuación ante el avance de los talibanes.
Un día después, el día 15, el grupo insurgente se hizo con el control de Kabul después de que sus combatientes entraran en la capital sin encontrar resistencia, con casi todas las provincias bajo su control, y tras la huida del entonces presidente afgano, Ashraf Ghani.
Las nuevas evacuaciones se producen después de que un dron estadounidense matara a un supuesto miembro de la rama del Estado Islámico (EI) en Afganistán en represalia por el atentado en el aeropuerto de Kabul, que fue reivindicado por ese mismo grupo terrorista.
El individuo ejecutado supuestamente tenía un papel de planificación dentro del EI, aunque el Pentágono no ha explicado si participó de alguna forma en el atentado contra el aeropuerto.
Ese ataque acabó con la vida de al menos 170 personas y dejó 150 heridos, indicaron a Efe en Kabul fuentes próximas a los talibanes; mientras el Pentágono ha informado de la muerte de 13 soldados estadounidenses y de 18 heridos.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, tiene previsto reunirse este sábado con su equipo de seguridad nacional para evaluar la situación en Kabul.
Este viernes, el gobernante fue informado en otra reunión con su equipo de seguridad nacional de que los últimos días de los militares de EE.UU. en Afganistán podrían ser los "más peligrosos hasta la fecha" y de que existe la posibilidad de otro ataque terrorista.
El Pentágono llegó a decir que tiene información sobre “amenazas específicas creíbles” contra la misión estadounidense, que se concentra en el aeropuerto de Kabul para las labores de evacuación.