El escenario más negativo se basa en la salida de hasta medio millón de afganos, especialmente a los países vecinos, aunque aseguró que por ahora la situación en los cruces fronterizos es manejable.
"La situación es cambiante. Estamos viendo distintas posibilidades y preparando un plan de contingencia con distintos escenarios de salida (de refugiados) y entre ellos el peor sería el de un flujo de 500.000 personas", declaró en una rueda de prensa en Ginebra la número dos de ese organismo, Kelly Clements.
Reportes que llegan desde algunos de los cruces más utilizados en la frontera entre Afganistán y Pakistán, como el de Spin Boldak y Khyber, indican que hay una presión de afganos que desean cruzar, pero que estos pasos están únicamente abiertos para el comercio de mercancías y para aquellos que tengan sus papeles en regla.
No obstante, Clement indicó que en líneas generales el paso de peatones en los cruces entre ambos países "se parece al que se veía desde hace varias semanas", con unas 25.000 personas que cruzan a diario en ambos sentidos.
"En todo caso no hemos visto a personas que se acerquen al ACNUR a pedir ayuda", indicó.
Sostuvo que una situación similar se observa en los pasos en la frontera con Irán.
"Tenemos esperanza de que no solo en la región, sino en todo el mundo, los gobiernos mantengan sus fronteras abiertas para que las personas que buscan protección", señaló la responsable del ACNUR.
Actualmente hay 2,3 millones de refugiados en el mundo, de los cuales el 90 % están en Pakistán e Irán.
El organismo señaló que ahora necesita que los donantes den un paso adelante con financiación a Naciones Unidas para que ésta pueda apoyar a los países vecinos (Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán) que reciban a afganos refugiados.