Al menos 72 civiles y 13 soldados estadounidenses fallecieron en el atentado, de acuerdo con diferentes autoridades. Algunas informaciones desde Estados Unidos sugieren que el balance real podría ser el doble, pero las autoridades en Kabul no respondieron las peticiones formuladas por la AFP.
A pesar de la tragedia, las operaciones de salida de extranjeros y afganos se reanudaron este viernes en el aeródromo de la capital afgana, aunque países como España, Italia, Francia, Noruega o Suiza ya anunciaron el fin de sus operaciones. Gran Bretaña indicó que lo hará “en pocas horas”.
Estados Unidos asume así prácticamente en solitario la tensa misión de concluir la mayor operación de evacuación de la historia de aquí al 31 de agosto, fecha elegida por el presidente Joe Biden para cerrar 20 años de presencia militar en el país.
“Todavía creemos que hay amenazas específicas y creíbles”, indicó el portavoz del Departamento de Defensa estadounidense, John Kirby. A pesar de todo, Estados Unidos cree que podrá sacar a gente “hasta el último momento”.
“Vamos a completar la misión”, aseguró este viernes el presidente Joe Biden, enfrentado a fuertes críticas de la oposición republicana por su gestión de la salida de Afganistán.
Dentro del aeropuerto hay 5.400 personas, precisó el Pentágono. En las últimas 24 horas, a pesar del ataque, se logró evacuar a 12.500 personas en un total de 89 vuelos estadounidenses y de la coalición internacional.
Un portavoz talibán, Bilal Karimi, indicó en Twitter que sus combatientes habían tomado el control de parte del aeropuerto de Kabul, afirmación posteriormente negada por el Pentágono, que aseguró que la instalación seguía “bajo el control militar de Estados Unidos”.
El Pentágono reveló también que solo hubo un atacante suicida en el “complejo” atentado del jueves, y no dos explosiones separadas, como se creyó inicialmente.
‘El peor de los escenarios’
Alrededor de 110.000 personas consiguieron salir del país a través de este puente aéreo iniciado el 14 de agosto, un día antes de que los talibanes tomaran la capital de Afganistán, de acuerdo con el gobierno estadounidense.
Varios países reconocieron no haber podido evacuar todos los afganos que habían colaborado con ellos durante estas dos décadas de conflicto y que podían ser blanco de represalias de los talibanes.