La Red Femenina de Cuba impulsa el papel de las mujeres como “agente de cambio” en las manifestaciones “pacíficas” en la isla el 11 de julio pasado.
Una red de apoyo
“Cuando las mujeres protestan por las condiciones sociales que están sufriendo en la isla, también son víctimas de la violencia institucional”, señala a Efe en Madrid Elena Larrinaga, directora ejecutiva de Red Femenina.
Esta red formada por varias organizaciones se gestiona desde España pero trabaja dentro de la isla para que las mujeres ocupen el lugar que les corresponde en la sociedad.
La mentalidad de Cuba sigue "anclada al pasado", pues sufrir violencia de género en tu familia se entiende “como una lacra que llevan todos los miembros, por lo que no suele ser algo que se hable abiertamente”, lamenta.
Según las previsiones legislativas, la violencia de género será considerada delito a partir de 2028, así que Cuba es "el único país del hemisferio occidental que no lo tiene tipificado”, explica.
“Si esto se tipifica en 2028, habrán muerto unas 400 mujeres aproximadamente hasta entonces”, denuncia Larrinaga.
En lo que va de este año, al menos 26 mujeres fallecieron violentamente a manos de su pareja, según esta red, y durante 2020 fueron cerca de 30, de acuerdo a la plataforma Yo Sí Te Creo Cuba y la revista Alas Tensas.
“Las mujeres llevan tiempo trabajando en Cuba en el empoderamiento femenino de forma cívica y este movimiento ha crecido y lo seguirá haciendo”, declara a Efe desde Cuba Marthadela Tamayo, vicepresidenta del Consejo para la Transición en Cuba.
Contra los abusos y un “gobierno totalitario”
Las mujeres "son el motor impulsor de las manifestaciones, ya que son víctimas de un Gobierno totalitario que no tiene en cuenta los abusos físicos, psicológicos y maltrato que sufren”, denuncia también desde Cuba María Cristina Labrada, integrante de las Damas de Blanco.
Son esposas y familiares de 75 disidentes encarcelados durante la represión de 2003 conocida como Primavera Negra, que durante años se manifestaron pacíficamente para pedir su liberación.
Y ahora las mujeres son las "instigadoras" de esta nueva ola por la libertad. “Se demostró en San Antonio de los Baños, cuando se levantaron a gritar '¡se acabó, queremos libertad y democracia!'”, relata a Efe desde La Habana Tania García, defensora de derechos humanos.
Después de las protestas que surgieron en la isla hay un cambio social "irreversible", apunta.
“Ya no son una minoría de mujeres opositoras al Gobierno cubano, ya no hay tantas sometidas al sistema cubano actual, estas manifestaciones están ayudando a muchas a darse cuenta de que nos han arrebatado derechos y debemos recuperarlos”, asegura García.
Pero con un precio: “Con gran dolor, las madres están viendo cómo sus hijos, que han salido pacíficamente a defender una cosa legítima, la libertad, están metidos en cárceles y no saben dónde están”, afirma, por su parte, Larrinaga.
Activistas han documentado más de mil detenidos y desaparecidos desde las protestas sociales del 11 de julio, entre ellos menores de edad, con el país sumido en una grave crisis económica y sanitaria por la epidemia de covid-19.
Madres e hijos
Una de las formas que tiene el Gobierno cubano de ejercer "presión" sobre las mujeres es con sus hijos, denuncian estas activistas.
"A la gente joven las amenazas que les dicen es: ten cuidado con lo que haces, acuérdate de que esto va a tener repercusión en tu familia. No se dan cuenta de que a las familias ya no les importa la represión”, porque en Cuba "el miedo ha cambiado de bando”, según Larrinaga.
Además de amenazar a los niños de las mujeres que salen a manifestarse, también se llevan a sus hijos de sus casas. “Tocan a la puerta, te cogen a los niños, las madres lloran y gritan y se los llevan”, denuncia.
“Los niños son obligados en las escuelas a decir consignas que el régimen prepara para doctrinarios y las madres que se nieguen a que su hijo las repita, son juzgadas y amenazadas con quitarles a sus hijos”, lamenta la dama de blanco Labrada.