Este análisis, efectuado a partir de la base de datos de seguridad global de la farmacéutica anglo-sueca, se centró en un efecto adverso muy raro provocado por algunos preparados, como Vaxzevria, llamado trombocitopenia inmune trombótica inducida por vacunación (VITT).
Los expertos constataron que la incidencia estimada de VITT en personas que recibieron el segundo pinchazo de la vacuna de AstraZeneca es de 2,3 por cada millón de vacunados, similar a la observada en las poblaciones no vacunadas.
Después de la primera dosis, la incidencia estimada se situó en 8,1 por cada millón de vacunados, destacó el estudio.
El vicepresidente ejecutivo de I+D de AstraZeneca, Mene Pangalos, reiteró en un comunicado que Vaxzevria "es efectiva contra todos los niveles de gravedad de la covid-19", al tiempo que "desempeña un papel clave en la lucha contra la pandemia".
"A menos que se detecte un VITT después de la primera dosis, estos resultados apoyan la administración de la segunda dosis de Vaxzevria en los tiempos previstos, de cara a ofrecer protección contra la covid-19, incluidas las variantes más preocupantes", agregó el directivo.
Otro estudio publicado hoy en "The Lancet" también analiza la relación que tienen con los trombos raros, incluido el VITT, las vacunas de vector viral, como la de AstraZeneca o Janssen, y las de ARN Mensajero, como BioNTech/Pfizer o Moderna.
"Los perfiles de seguridad de Vaxzevria y de las vacunas de ARN mensajero son similares y, en general, favorables", explicaron los autores del informe en un comunicado.
Los resultados, indicaron, confirman que la tasa de incidencia de VIIT detectada tras la administración de cualquiera de los dos tipos de vacunas es similar a la observada en poblaciones no inmunizadas.
Los expertos advierten que no ha habido tiempo suficiente aún para informar sobre el impacto de Vaxzevria después de la segunda dosis, aunque "otros estudios han demostrado" que la tasa de incidencia de "casos de raros de coagulación en la sangre" es "menor" tras el segundo pinchazo.
Asimismo, confirmaron que, independientemente de la vacuna utilizada, “el aumento de la incidencia de trombos entre las personas infectadas” con covid-19 “fue mucho mayor que entre las vacunadas”.