James Spears, conocido como Jamie, entregó el martes por la noche unos documentos en los que asegura que no ha tenido poder sobre Britney en los últimos años y solicita que se investiguen sus “alegaciones serias sobre trabajo forzado, terapia médica forzada, cuidado médico inadecuado y privación de derechos personales”, muchas de ellas vertidas contra él mismo.
A pesar de que el padre de la cantante ha ejercido de tutor legal desde 2008, en otoño de 2019 la Corte de Los Ángeles designó a la abogada Jodi Montgomery como tutora temporal sobre los aspectos personales de la cantante, después de que Jamie citara motivos de salud para apartarse.
En una audiencia posterior en 2020, el abogado de Britney solicitó que Montogomery continuara ejerciendo ese papel, ya que la cantante expresó su “fuerte oposición” a que su padre volviera a controlar las decisiones de su vida privada y pública.
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En la actualidad, la tutela legal está divida en dos partes: El personal, supervisado aún por Montogomery y el financiero, sobre el que el padre aún ejerce control junto a un fondo de inversión.
"El señor Spears no es el tutor de su persona. No ha sido el tutor de su persona desde septiembre de 2019. La señora Montgomery ha estado completamente a cargo del cuidado personal y el tratamiento médico diario de la señora Spears", asegura la defensa del padre.
Jamie también sostiene que no puede comunicarse directamente con su hija y que se “entristeció mucho al enterarse de sus dificultades y sufrimiento”.
Sin embargo, la declaración del padre no coincide con el testimonio de Britney, que la semana pasada afirmó que “disfrutaba” ejerciendo control sobre ella y que debería estar en la cárcel.
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Asimismo, Britney citó episodios que datan de 2018, cuando su padre era pleno tutor legal, en los que estuvo obligada a trabajar en contra de su voluntad y en los que recibió una fuerte medicación de litio cuando se negó a ensayar para un espectáculo de Las Vegas (EE.UU.).
"Quiero mi vida de nuevo", imploró la estrella, quien cuestionó que realmente haya estado incapacitada desde 2008 si entre 2013 y 2017 estuvo protagonizando otro espectáculo en Las Vegas que ingresó millones de dólares, además de grabar discos y actuar en galas.
"Esta tutela está pagando el sueldo de mucha gente. Estoy harta", aseguró la cantante ante un juzgado de Los Ángeles durante una intervención telefónica llena de declaraciones contundentes como: "no soy feliz", "no puedo dormir" y "lloro todos los días".
Por su parte, la tutora Montgomery publicó un comunicado, a través de su abogada Lauriann Wright, para desmentir las acusaciones del padre de Britney en las que afirma que su único fin es “alentarla en su camino para que ya no necesite una tutela”.