Las sanciones, que responden también al aterrizaje forzado en Minsk el mes pasado de un avión de Ryanair para detener al periodista Román Protasevich y su acompañante, incluyen la restricción del comercio de productos del petróleo, potasa y bienes empleados en la fabricación de productos del tabaco, dijo el Consejo en un comunicado.
Las nuevas sanciones económicas selectivas también se refieren a la prohibición de vender, suministrar, transferir o exportar, directa o indirectamente a nadie en Bielorrusia, equipos, tecnología o software que pueda utilizarse principalmente para el seguimiento o intercepción de comunicaciones por internet o por teléfono.
También se vetan los bienes y tecnologías de doble uso con fines militares para personas, entidades o cuerpos específicos en Bielorrusia.
Por otra parte, se restringe el acceso del país a los mercados de capitales de la UE, así como proporcionar seguros y reaseguros al Gobierno y a los organismos y agencias públicos bielorrusos.
Finalmente, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) detendrá cualquier desembolso o pago bajo acuerdos existentes en relación con proyectos en el sector público, o cualquier contrato de servicio de asistencia técnica.
Con la decisión de hoy del Consejo, también se requiere que los Estados miembros emprendan acciones para limitar la implicación de Bielorrusia en bancos multilaterales de desarrollo de los que sean miembros.
Estas medidas implementan así lo que acordaron los jefes de Estado y de Gobierno de la UE en su cumbre de los pasados 24 y 25 de mayo, en la que decidieron igualmente imponer un veto al sobrevuelo del espacio aéreo de la UE a las aerolíneas bielorrusas e impedirles acceder a aeropuertos comunitarios.
También acordaron ahí adoptar las medidas necesarias, incluidas listas adicionales de personas o entidades a las que imponer medidas restrictivas y, además, preparar sanciones económicas.
Todas ellas han ido entrando en vigor progresivamente, y a ellas se han sumado hoy las sanciones económicas.
Las razones de las medidas restrictivas son las elecciones presidenciales de agosto pasado, en las que volvió a ser elegido el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, y que la UE consideró fraudulentas, y la ola de represión e intimidación contra manifestantes pacíficos, miembros de la oposición y periodistas que siguió a los comicios.
En total, la UE ha sancionado a 166 personas y 15 entidades a las que les ha congelado sus bienes en territorio europeo y les ha prohibido la entrada.