Este proyecto fue una de las conclusiones relacionadas con comercio y tecnología a las que llegaron las dos partes durante su cumbre bilateral en Bruselas, y que plasmaron en un comunicado conjunto.
Según esa declaración, se comprometen también profundizar la cooperación a la hora de compartir información sobre ciberseguridad y certificar la seguridad de productos de software.
Además, trabajarán por unos flujos de datos transfronterizos "seguros y de confianza" que "protejan a los consumidores y refuercen su privacidad" en el ámbito del comercio transatlántico.
Con la creación de un Consejo de Comercio y Tecnología prevén, además, expandir el comercio y las inversiones entre ellos y evitar imponer nuevas barreras técnicas injustificadas.
En ese foro esperan igualmente cooperar para sentar estándares en inteligencia artificial, ciberseguridad o tecnologías limpias.
Un tema al que dedicaron especial importancia fue el de intentar reequilibrar las cadenas de suministro mundiales de semiconductores y reforzar la capacidad para diseñar y producir los "más potentes y eficientes".
En su comunicado, la UE y EEUU celebran haber llegado a un acuerdo para suspender durante cinco años los aranceles mutuos relacionados con su histórica disputa por los subsidios ilegales a sus gigantes aeronáuticos Airbus y Boeing, respectivamente, y aseguran que trabajarán por la igualdad de oportunidades, evitar futuros litigios y afrontar más eficazmente los retos de las economías no de mercado.
En esa línea, intentarán resolver sus diferencias sobre los aranceles que EEUU impuso, con Donald Trump al frente, al acero y aluminio europeos antes de que concluya el año.
"Estamos comprometidos con garantizar la viabilidad de nuestras industrias del acero y el aluminio y hacer frente al exceso de capacidad", subrayaron.
Por otra parte, abogan por una reforma "significativa" de la Organización Mundial del Comercio y un sistema multilateral de comercio "modernizado".
Finalmente, se comprometen a reforzar su cooperación en el espacio sobre la base del acuerdo entre el sistema de navegación por satélite europeo Galileo y el estadounidense GPS.
Esto podría incluir progresos en el acceso a la señal de servicio público regulado de Galileo, compromisos en la observación de la Tierra desde el espacio para apoyar políticas climáticas o intercambiar enfoques sobre la gestión del tráfico espacial.