El gobernante transitorio, que dejará el cargo el próximo 28 de julio, manifestó su “preocupación” en su cuenta de Twitter “por las reformas constitucionales apresuradas que pretende aprobar el Congreso” en tres días que restan de la tercera legislatura y ratificarlas en una “controvertida cuarta legislatura”.
El Congreso empezó este miércoles con el primero de los tres plenos virtuales que realizará hasta el viernes, con la expectativa de aprobar un conjunto de proyectos de ley sobre una variedad de temas, pero también las propuestas multipartidarias para convocar a un referéndum o para modificar la cuestión de confianza al Ejecutivo.
ASAMBLEA CONSTITUYENTE EN EL FOCO
Si el proyecto de convocar a referéndum es aprobado, el nuevo mandatario, que asumirá funciones el 28 de julio, lo convocará en diciembre próximo y, en el caso de ser respaldado, se elegirá a los 130 asambleístas en abril de 2022 para que la Asamblea Constituyente se instale el 28 de julio de 2022.
Precisamente, la convocatoria de una Asamblea Constituyente es una de las banderas políticas del candidato izquierdista Pedro Castillo, quien lidera el recuento de votos de las elecciones presidenciales del pasado domingo.
Sagasti llamó la atención de que "entre esas reformas está la bicameralidad parlamentaria", que modificaría 65 artículos de la Constitución y "el 'fortalecimiento' de las relaciones Ejecutivo-Legislativo, que debilitaría aún más las potestades del Poder Ejecutivo frente al Congreso, rompiendo el equilibrio de poderes".
DEBATE APRESURADO
Esas reformas, junto con otras 10 que han sido aprobadas o están por aprobarse en la tercera legislatura "(como la reelección de autoridades regionales y municipales, que imprudentemente se ha exonerado del trámite de comisiones), serían ratificadas en la cuarta legislatura", precisó el mandatario.
El jefe de Estado señaló que en 28 años se aprobaron en Perú 24 reformas constitucionales, pero que ahora el Legislativo "en pocos días, pretende aprobar más de una docena de reformas", sin respetar el debate y una amplia aceptación de su contenido.
Con esta polémica convocatoria, los diputados pretenden revisar y aprobar una batería de reformas constitucionales antes de que el sábado termine la legislatura (el período ordinario de sesiones) y el domingo arranque formalmente un nuevo período que se prolongará hasta el 16 de julio.
LEGISLATURA EXPRÉS
Esta maniobra, que comenzó el pasado mayo cuando los legisladores votaron crear una legislatura extraordinaria, extemporánea e irregular, según muchos analistas, busca apurar la aprobación proyectos de reforma constitucional que requieren un voto parlamentario dividido en dos legislaturas consecutivas.
Así, lo que voten en lo que resta de esta semana lo tendrán que votar nuevamente antes del 16 de julio, cuando culmina su mandato legal y en vísperas de que asuma el poder el Congreso elegido el pasado mes de abril.
Entre las reformas previstas se incluyen propuestas para modificar los requisitos para una cuestión de confianza que se otorga al Consejo de Ministros -el pedido que el gabinete puede hacer a la Cámara para que apruebe una propuesta política concreta so pena de causar una crisis completa de Gobierno- para eliminar la posibilidad de que esta pueda vincularse a funciones del Congreso.
Con dos cuestiones de confianza falladas, el presidente tiene la potestad de disolver la cámara, como en 2018 hizo el expresidente Martín Vizcarra.