"Creo que esto es el futuro de las galerías de arte", dijo a Efe Ori Ojayon, uno de los responsables de esta iniciativa conjunta entre el grupo GDA Capital, una empresa de inversión en activos digitales, y la plataforma de arte digital Elitium.
Uno de los artistas de la exposición curada por Estelle Ojayon es el actor español Jordi Molla, en este caso con varias obras digitales con precios de salida de 15.000 dólares, que como todas las de su clase está representada en NFT Bazl con una proyección en las paredes de la sala de The Temple House, el espacio donde tiene lugar este evento de una sola jornada.
En paneles y en otras paredes están colgadas las obras físicas, entre las que abundan las dedicadas al bitcóin, la criptomoneda más utilizada, y al dólar estadounidense, casi visto como una antigüedad en este templo dedicado a los token no fungibles (NFT en inglés).
Los NFT, que utilizan la tecnología "blockchain" como las criptomonedas, son vales digitales que acreditan que una pieza es exclusiva en su clase y, por lo tanto, su autor puede limitar su uso y copia, proteger su proveniencia y, lo que es más importante, resguardar su autenticidad en la red.
El "criptoarte" como también es llamado está revolucionando el mercado de obras artísticas y es algo que, según dijo a Efe Ori Ojayon, ha llegado para quedarse.
EL CRIPTOARTE NO ES UNA MODA
No es una moda, indicó cuando se le preguntó por el asunto.
En esta exposición hay obras de artistas tradicionales que nunca habían hecho arte digital y que con ayuda de gráficos y expertos en tecnología han creado las primeras de su carrera.
La lista incluye a Punk Me Tender, Fidia, Hijack, Alessandra Maskita, Rasmis Benjamin, Transparent, Daniel Mazzone, Paul Russo y Super Buddha, entre otros.
Según Ojayon, han vendido ya las 300 entradas a la venta y hay una lista de espera de un centenar más para acudir esta noche a Temple House.
Los que no puedan asistir podrán seguir la subasta en "streaming".
Para pujar es necesario escanear un código QR en el teléfono móvil que le llevará a una aplicación creada por Elitium, aunque en la sala habrá alguien que irá relatando como está yendo la venta para los que no están conectados con sus teléfonos, explicó.
Max Jamali, un artista radicado en Canadá que utiliza materiales de lujo como pieles de serpientes y otros animales en su arte y con varias obras en la subasta, con precios de salida de hasta 12.000 dólares, dijo a Efe que participa porque "esto es el futuro y es donde uno quiere estar".
Si vende sus obras, le darán a elegir entre dinero corriente o criptomoneda y elegirá esta última porque hay que apostar al futuro.
Además de sus obras, la compañía Ernst Benz, que produce unos 3.500 exclusivos relojes al año con tecnología suiza, presenta en NFT Bazl dos modelos que fueron customizados por Jamali.
El artista diseñó tanto la esfera como la correa de ambos relojes, que el director cerativo de la firma relojera, Leonid Khankin, califica como pequeñas piezas de arte protegidas por un cristal.
NFT Bazl es un evento satélite de la Conferencia Bitcoin, la mayor reunión sobre criptomonedas que se celebrará en Miami este viernes y sábado después de varias ediciones en Los Ángeles.