Ni el presidente de EE.UU., Joe Biden, ni el secretario de Estado, Antony Blinken, han pedido públicamente un alto al fuego entre las partes.
Preguntada por ello, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, rechazó ofrecer una explicación y aseguró que “todas las declaraciones que se hacen buscan reducir la violencia y poner fin al conflicto sobre el terreno”.
"En la diplomacia -añadió- hay veces en las que necesitaremos que esas conversaciones sean discretas, no vamos a informar sobre todo desde aquí. Pero ese es nuestro objetivo y el prisma a través del cual tomamos cada decisión".
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La portavoz insistió en que Washington usará una “diplomacia discreta e intensa entre bastidores” para frenar la escalada bélica, que ya se ha cobrado las vidas de 10 israelíes y 200 palestinos, entre ellos 42 civiles que murieron el domingo en el ataque israelí más letal hasta ahora.
Los comentarios de Psaki se producen en un momento en que el Partido Demócrata está presionando a Biden para que juegue un papel más activo en la crisis y pida un alto el fuego.
En concreto, 28 senadores progresistas, liderados por uno de los representantes de Georgia, Jon Ossoff, publicaron el domingo por la noche un comunicado en el que pidieron un alto al fuego “inmediato” para evitar una mayor escalada de la violencia y la pérdida de más vidas.
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Además, el senador progresista Bernie Sanders ha urgido a Biden a reconsiderar los 4.000 millones de dólares en ayuda militar que cada año EE.UU. otorga a Israel, porque considera que esa asistencia no debe usarse para “violar derechos humanos”, como a su juicio está ocurriendo en Gaza.
Entretanto, la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, una de las estrellas emergentes del Partido Demócrata, acusó el sábado a Israel de haber instaurado el “apartheid”.
Por su parte, en declaraciones a la prensa, Biden dijo que tiene previsto conversar este lunes con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
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El dirigente israelí se comprometió en las últimas horas a compartir con EE.UU. toda información disponible sobre el bombardeo de este sábado contra el edificio en Gaza donde tenían sus oficinas la agencia de noticias estadounidense AP y la cadena de televisión catarí Al Jazeera.
La razón del ataque, según Israel, fue que el grupo islamista palestino Hamás (que gobierna de facto en Gaza desde 2007) empleaba el inmueble como oficina de inteligencia y para el desarrollo de armamento, algo que ha puesto en duda AP.
Preguntada sobre ello, Psaki rechazó detallar si Biden ha tenido acceso a informes de inteligencia israelíes que respalden la alegación israelí de que Hamás operaba en el edificio.
AP, por su parte, ha pedido una investigación independiente sobre el bombardeo israelí.