Durante el acto, los gremios de la enfermería entregaron una carta a Valenzuela para que se la hiciera llegar al presidente del país, Mario Abdo Benítez, en las que expresaban las críticas a su gestión sanitaria y las necesidades del sector.
La misa y la instalación de sillas fue el acto final de una marcha que arrancó en el Ministerio de Salud y continuó por el centro de Asunción hasta llegar a la Catedral, como homenaje y reivindicación del Día Mundial de la Enfermería, que se celebra este miércoles.
Con esa protesta pacífica, el gremio de la enfermería de Paraguay instó al Gobierno a respetar sus horarios y feriados y a que se implemente la carrera profesional.
Dichas reivindicaciones son las mismas que harán llegar al presidente, del conservador Partido Colorado, a través de la misiva entregada a este martes al arzobispo, tras la misa por sus compañeros.
Al respecto, Eva Caje, presidenta del Sindicato del Ineram (Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente), dijo a Efe que recurren a la autoridad eclesiástica porque ya han "golpeado muchísimas puertas" y siguen sin sentir "el apoyo suficiente" del Gobierno.
"Queremos que se reconozca a la enfermería como un pilar fundamental del equipo de salud en esta pandemia", agregó Caje.
Durante la homilía, Valenzuela también criticó al Ejecutivo y aseguró que "llama la atención la marginación con que están siendo tratadas" las enfermeras.
"Son personal de blanco y es una primera obligación del Estado satisfacer justamente esa necesidad de la prevención y de la seguridad", expresó el arzobispo.
Tras la misa, los asistentes volvieron a salir a la explanada de la catedral para escuchar el Ave María, cantado por el tenor paraguayo Jorge Castro, mientras Valenzuela soltó al aire unos globos blancos.
El gremio fue el primero en denunciar la saturación del sistema sanitario público a causa de la pandemia, además de una falta de medicamentos empeorada por el incremento de contagios y de hospitalizaciones.
Esas denuncias provocaron varias protestas ciudadanas en Asunción, en abril pasado, para exigir la renuncia de Abdo Benítez por su gestión de la pandemia.
El país suramericano marcha, además, a la cola de otros países de la región en la campaña de vacunación, limitada al personal de blanco y a los adultos mayores.
Paraguay, con poco más de 7 millones de habitantes, acumula 297.789 contagios desde marzo de 2020, con 7.130 fallecidos y 246.680 recuperados.