“Gracias a los 17 puntos de bloqueo que encontramos donde la gente fue razonable, ellos mismos se retiraron del lugar después de haber dialogado con nuestros oficiales de la Policía”, dijo el director de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol de la Policía (Dijin), el general Fernando Murillo, al referirse a lo ocurrido en esa ciudad.
El alto oficial, citado en un comunicado de la Policía, añadió que "solo en un punto, en el barrio Meléndez, hubo una intervención precisamente porque (los policías) fueron atacados a piedra".
En la capital del departamento del Valle del Cauca es donde se han vivido los hechos más violentos, sobre todo entre el 30 de abril y el 3 de mayo, con episodios de brutalidad policial contra los manifestantes.
Los desbloqueos concertados ocurren un día después de que supuestos civiles armados dispararan contra la minga (marcha) indígena e hirieran a ocho guardias indígenas en las afueras del sur de la ciudad.
Desde que comenzaron las protestas el pasado 28 de abril en Colombia, al menos 27 personas han muerto durante las jornadas reivindicativas, según informó el viernes la Fiscalía y la Defensoría del Pueblo en un documento en el que aclara que de esos fallecimientos, 11 están ligados directamente con los hechos, 7 están "en verificación" y hay 9 que no tienen relación con las protestas.
El presidente colombiano, Iván Duque, encabezó anoche en esta ciudad, la tercera más importante del país, un consejo de seguridad, en el que se analizó la situación de orden público.
En la visita relámpago el jefe de Estado insistió en que los manifestantes levanten los bloqueos para "permitir nuevamente el restablecimiento de la cadena de abastecimiento".
Duque arrancó esta semana una ronda de diálogos con varios sectores para intentar buscar soluciones a la crisis política y social abierta con las protestas, en las que decenas de miles de colombianos pidieron el fin de la ya extinta reforma tributaria, pero que han desembocado en otras peticiones como la retirada de una reforma de la salud y el fin de la brutalidad policial.
La visita se produjo tras 12 días de protestas, con graves disturbios, episodios de saqueos y brutales escenas de violencia policial, y después de que el domingo varios supuestos civiles armados comenzaran a disparar contra la minga (marcha) indígena a las afueras de la ciudad, dejando a diez guardias indígenas heridos.
Horas después de estar en Cali, Duque se reunió en Bogotá con el Comité Nacional de Paro pero no hubo acuerdo y por tanto los sindicatos y organizaciones convocaron a un paro nacional, el tercero de estas protestas, para el próximo miércoles.