Desde esta mañana, 50 millones de italianos, los que se encuentran en las zonas amarillas (el país está dividido por un sistema de colores -rojo, naranja, amarillo o blanco- que definen las restricciones) han podido desayunar en la terraza de los bares y podrán comer y cenar sólo en los restaurantes que tengan mesas al aire libre.
Y desde hoy también abren con medidas de distanciamiento y aforos limitados los cines y teatros, mientras que regresan a las clases presenciales casi todos los alumnos de la enseñanza secundaria y de las universidades.
Las ganas de volver al cine fueron patentes en Milán, donde la sala Beltrade quiso celebrar su reapertura con un maratón de clásicos italianos que comenzó con "Caro Diario" de Nanni Moretti a las 6.00 horas y que agotó las 90 entradas disponibles de este pequeño local.
También vuelven a abrir los museos y se permitirá la práctica de los deportes al aire libre, también los de grupo, mientras que los gimnasios reabrirán el 1 de junio y las piscinas al aire libre volverán a abrir el 15 de mayo.
Sólo a partir del 1 de julio se podrá ir a los balnearios y a los parques temáticos.
También se podrá empezar a viajar entre regiones en zona amarilla, lo que no se podía hacer desde antes de Navidad.
La decisión de Draghi de continuar con el toque de queda a las 22.00 horas, lo que limitará la actividad de los restaurantes, está provocando tensiones en el Gobierno ya que la Liga de Matteo Salvini ha comenzado una campaña y una recogida de firmas contra esta disposición aliándose con el único partido en la oposición, Hermanos de Italia.
Una iniciativa que ha criticado el líder del Partido Demócrata (PD), también en el Ejecutivo, Enrico Letta, al afirmar que “Salvini participa en una recogida de firmas contra el toque de queda que ha establecido el gobierno al que pertenece. Si no quiere estar en el gobierno, no debe”.