“Hay indicios de una desaceleración en el crecimiento de infecciones por Sars-CoV-2, sin embargo las condiciones de sobrecarga de todo el sistema hospitalario, en las unidades de cuidados intensivos y áreas médicas COVID, son mucho más altas de los umbrales críticos que indica el Gobierno”, alertaron en un comunicado conjunto de las siglas sindicales del sector.
Los sindicatos médicos advirtieron además de que los cerca de 530.000 contagios activos y la persistente alta mortalidad “exigen gran cautela en la flexibilización de las medidas restrictivas”, como piden los sectores económicos más afectados por los cierres, que han endurecido sus protestas en las últimas semanas.
De los 524.417 actuales positivos en Italia, 30.922 están hospitalizados, con un aumento de 86 enfermos más en las últimas 24 horas; de ellos, 3.593 se encuentran en unidades de cuidados intensivos, también con un aumento de 8 pacientes más, según los últimos datos del ministerio de Sanidad.
“El personal de salud está comprometido a diario - los 7 días de la semana, día y noche - y desde hace más de un año en la lucha contra la pandemia y sigue haciendo frente a todo tipo de cuestiones críticas para el conjunto de 2021 por el hacinamiento de los hospitales, que con la tercera ola afecta sucesivamente a toda nuestra península”, escriben los sindicatos médicos.
Aseguran que cualquier relajación prematura de las restricciones, como las que el Gobierno espera comenzar a hacer desde mayo, “podría poner en riesgo la vida de los pacientes con COVID-19, lo que obligaría a los operadores a tomar decisiones desgarradoras desde un punto de vista ético”.
Los sindicatos indicaron que tales medidas sólo podrían ser posibles “con infecciones diarias por debajo de 5.000 casos”, lo que permitiría” reanudar el rastreo de contactos para controlar la propagación de la epidemia” y con las hospitalizaciones de pacientes Covid en las UCIS muy por debajo de los umbrales críticos y la vacunación completada al menos para sujetos frágiles y mayores de 60 años.
“Pedimos a la política que escuche a las decenas y decenas de miles de compañeros que llevan 13 meses trabajando incansablemente en la emergencia territorial y en los hospitales, y que no ocultan su perplejidad y amargura por el debate sobre las aperturas”.
“Sin una solución duradera a la crisis sanitaria, no puede haber recuperación económica ni un retorno seguro a las relaciones sociales normales”, concluyen.