El pasado año, los museos cubiertos por el informe permanecieron de media cerrados durante 155 días y desde principios de 2021 siguen con sus puertas cerradas a las visitas, recuerda la Unesco en un comunicado.
Por ejemplo, el Museo el Louvre de París, el mayor del mundo, ya cerró durante el primer confinamiento y ahora lleva cerrado desde finales de octubre, y ha puesto en marcha varias iniciativas como visitas virtuales y patrocinios con empresas para cubrir la caída de ingresos.
Pese a las campañas de sensibilización organizadas por muchos de estos museos y el refuerzo de los protocolos de seguridad, se ha constatado un descenso de la financiación pública para casi la mitad de los que participaron en la encuesta, que en algunos casos llega al 40 %.
La Unesco considera esta situación “alarmante”, ya que todo eso dificulta el mantenimiento de los esfuerzos para conservar las colecciones, garantizar la seguridad y fomentar las relaciones con las comunidades locales.
Eso sin olvidar “las funciones económicas y sociales esenciales de los museos y su posible contribución a la recuperación tras la covid”.
Por ello la organización propone una serie de recomendaciones, en particular “aplicar una política de digitalización a gran escala para inventariar las colecciones” y tomar medidas de apoyo a la educación, la formación y la investigación.
“El lugar que reservamos a los museos en las políticas de recuperación de la pandemia dice mucho de los valores sociales que queremos defender”, afirmó la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay.
“En medio de la crisis -añadió Azoulay-, no debemos perder de vista la importancia fundamental de garantizar el acceso a la cultura y conservar nuestro patrimonio común en toda su diversidad”.
Por eso pidió a los Estados que cumplan que su “papel esencial” de apoyo a los museos con “una política cultural ambiciosa, no sólo para garantizar su supervivencia, sino para prepararlos para el futuro”.