La secretaria de Estado de Industria de Francia, Agnès Pannier-Runacher, explicó este martes en una entrevista a la emisora France Info que “no es casualidad” que esos cuatro países comunicaran el mismo día la suspensión de la administración de dosis AstraZeneca.
“Nos hablamos”, subrayó la secretaria de Estado al ser preguntada sobre si la decisión francesa fue consecuencia del anuncio hecho poco antes por Alemania.
Insistió en que la razón de ese parón es que “no podemos permitir que haya dudas” sobre ese producto, y eso aunque “estadísticamente no hay elementos que induzcan a pensar que hay una relación” de causa efecto entre los casos de trombosis que ha habido y la inoculación de la vacuna.
Recordó que en la Unión Europea (UE) se han censado una treintena de casos de los más de cinco millones de dosis administradas y en el Reino Unido 24 sobre diez millones.
A los 1,4 millones de personas que han recibido la vacuna de AstraZeneca en Francia, entre las que Pannier-Runacher contó que están sus propios padres, les envió un mensaje de tranquilidad.
El ministro francés de Sanidad, Olivier Véran, manifestó este martes, en declaraciones a la prensa, su esperanza de que “podamos reanudar la campaña lo más rápidamente posible”, una vez que se despejen las dudas.
Eso tendría que ocurrir una vez que el jueves por la tarde la Agencia Europea del Medicamento (EMA) publique su dictamen sobre si se ha encontrado alguna relación entre los episodios de trombosis y la vacuna.
La secretaria de Estado de Industria dijo que la Unión Europea ha constatado “contradicciones” en las explicaciones que ha dado AstraZeneca para justificar el hecho de que en este primer semestre solo entregará una cuarta parte de las vacunas que preveían sus contratos.
Sobre todo porque hay plantas del grupo anglo-sueco, situadas fuera de la UE, que podrían producir para cumplir esos contratos con los europeos y suplir los problemas en su fábrica belga.
Pannier-Runacher reiteró que, pese a esos problemas de aprovisionamiento con AstraZeneca, su Gobierno mantiene el compromiso del presidente, Emmanuel Macron, de que de aquí a finales de verano puedan vacunarse en Francia todos los adultos que lo quieran.
Eso será posible porque la carencia de dosis de AstraZeneca será compensada con un incremento del 25-30 % de las entregas de vacunas de Pfizer a la UE en el primer semestre con respecto a lo que estaba previsto inicialmente.