“Estoy feliz y espero que la vacuna dé el resultado que sueño y que el pueblo sueña. Todo lo que el pueblo quiere es recibir una vacuna que lo libre de ese monstruo llamado coronavirus y por eso el presidente de la República tiene que dejar de ser ignorante; aprender a respetar el sentimiento del pueblo y garantizarle vacuna a todo el mundo”, afirmó Lula en una transmisión en redes sociales tras ser inmunizado.
El líder socialista, de 75 años y que esta semana volvió al ruedo político luego de que la Corte Suprema anulara las condenas en su contra por corrupción, defendió la vacunación y pidió más esfuerzos al Gobierno para inmunizar a toda la población y agilizar el proceso.
“Tenemos que combatir a los negacionistas, combatir a los que no creen en la vacuna y solo le dicen bobadas a la sociedad”, agregó el dirigente del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) en una clara alusión a Bolsonaro, líder de la negacionista ultraderecha brasileña y que ha puesto en duda no solo la gravedad de la pandemia sino la eficacia y la seguridad de las vacunas.
Defendió la vacuna sin importar el país de origen
“Tenemos que mostrar que solo hay una forma de combatir el coronavirus, que es vacunándose, sin importar de qué país provenga la vacuna. Lo importante es que sea eficaz”, agregó el exlíder sindical que gobernó Brasil entre 2003 y 2010 en otra alusión al jefe de Estado, que inicialmente llegó a despreciar el antídoto desarrollado por Sinovac, el más usado hasta ahora en el país, por tratarse de un laboratorio chino.
El expresidente afirmó que la vacuna que recibió fue precisamente la Coronavac, como se conoce al inmunizante de Sinovac que es producido localmente por el Instituto Butantan, un laboratorio vinculado a la gobernación del estado de Sao Paulo. “Es exactamente la que quería tomar”, dijo.
Lula, quien quedó habilitado a disputar las presidenciales de 2022 luego de que la justicia anulara sus condenas, afirmó que es importante que los brasileños se vacunen, eviten aglomeraciones y usen mascarilla, incluso los que no creen en la ciencia.
“Si usted no se quiere, por lo menos quiere a sus familiares y amigos. Y tiene que cuidarse porque si se contagia le va a pasar el virus a ellos. Entonces lo mejor es que no se contagie ni lo transmita”, afirmó.
Agregó que la vacunación es imprescindible para derrotar la pandemia y que por eso el Gobierno tiene que garantizar vacunas para toda la población.
“Si tuviéramos un Gobierno que hubiese pensado seriamente y no hubiese jugado con la situación y dicho tantas bobadas, ya tendríamos vacunas suficientes para toda la población”, dijo.
Agregó que no entendía cómo Brasil, un país que tiene instituciones de referencia en ciencia y medicina como el propio Instituto Butantan y la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) y con una de las mayores y más exitosas logísticas de vacunación en el mundo, no contaba con una vacuna propia ni con una campaña de inmunización más avanzada.
Estaría más feliz si hubiese vacunas para todos
“Estoy feliz por haberme vacunado, pero lo estaría más si hubiese vacuna para todo el mundo”, dijo.
Lula acudió hacia las 10.00 hora local (13.00 GMT) de este sábado a un puesto de vacunación improvisado frente a la alcaldía de Sao Bernardo do Campo, municipio en la región metropolitana de Sao Paulo en que tiene su residencia y cuna de su carrera sindical y política.
El expresidente acudió al puesto de vacunación acompañado por Alexandre Padilha, uno de los ministros de Salud en su Gobierno, y recibió la vacuna sin bajarse del automóvil que lo condujo hasta el lugar y usando una mascarilla con el color y el logotipo del PT.
Pese a la rapidez del procedimiento, su vacunación provocó un gran tumulto y una aglomeración de fotógrafos y cámaras.
Tras ser inmunizado, aún en máscara, dentro del automóvil y exhibiendo orgulloso el carné de vacunación, el exmandatario transmitió en directo por las redes sociales el video de 6 minutos en que se pronunció sobre la importancia de la vacuna.
Desde la anulación de las condenas que lo tenían inhabilitado políticamente, Lula viene criticando la gestión contra la pandemia de Bolsonaro, que ya ha anunciado su intención de intentar la reelección en 2022 y puede ser su principal rival en las elecciones.
El dirigente del PT atribuye a la mala gestión del Gobierno el que Brasil se haya convertido en los últimos días en el epicentro global de la pandemia y confirmado como el segundo país en el mundo tanto en número de muertes por covid, con 275.105 víctimas, como en contagios, con cerca de 11,4 millones de casos.