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El Cristo Redentor cumplirá los 90 años el próximo 12 de octubre y por eso la fiesta mayor está programada para ese mes, para el que se espera que buena parte de la población de Brasil y del mundo ya esté vacunada y los turistas puedan volver a disfrutar de la alegría carioca.
Esto porque la gran fiesta –que tendrá lugar entre el 9 y el 17 de octubre– se llevará a cabo en el Sambódromo, donde se darán cita varios artistas nacionales, entre ellos Elba Ramalho y Elymar Santos, y donde realizarán una presentación especial las escuelas de samba que este año no consiguieron hacer su tradicional desfile, porque el coronavirus obligó a la cancelación del carnaval.
Una obra de teatro que contará la historia de cómo se levantó el gigantesco monumento, varias celebraciones litúrgicas y una acción de limpieza de la ciudad, que involucrará a todos los cariocas y que se llevará a cabo el 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, serán otras de las actividades programadas para la conmemoración.
Los eventos también reforzarán la idea de que el Cristo Redentor, más que un lugar turístico, es un santuario que recibe peregrinos durante todo el año.
La estatua, de 38 metros de altura e inaugurada el 12 de octubre de 1931, cobija un mirador situado a sus pies desde el que unos 700.000 visitantes contemplan cada año el esplendor del paisaje de la “cidade maravilhosa”.
Enclavado en el corazón del Parque Natural de Tijuca, mayor bosque tropical urbano en el mundo, el Cristo Redentor se eleva por encima de los 710 metros de altura del cerro del Corcovado y es considerado un lugar de peregrinación para los creyentes y un atractivo para los miles de turistas que suben cada año a su cumbre.
La iniciativa de la construcción fue de la Iglesia Católica, para conmemorar en 1922 el centenario de la Independencia de Brasil, pero la estatua solo fue inaugurada nueve años después, y en 2007 fue elegida una de las siete nuevas maravillas del mundo.
Heitor da Silva fue el encargado de diseñar el proyecto del Cristo, una obra considerada un desafío a la ingeniería por la estructura de la estatua.
La obra para levantar el monumento, de mil toneladas, fue calificada de " hercúlea " por las duras condiciones de construcción, sobre una base casi sin espacio para el andamio y en una cumbre en la que soplan fuertes vientos a la que entonces solo se podía acceder por escarpados senderos o a lomos de una mula.
Además de la fiesta, una serie de actividades culturales y religiosas tendrán lugar durante todo el año en Río de Janeiro.