Tras la publicación de un informe que responsabiliza al príncipe heredero (conocido por las siglas MbS) del asesinato del periodista Jamal Khashoggi, el Gobierno estadounidense sancionó a más de 70 saudíes, sin incluir a Bin Salmán, algo que ha sido duramente criticado por las organizaciones de derechos humanos.
“MbS debería haber sido sancionado y se le debería de haber impuesto una prohibición de viaje. Eso no ocurrió”, dijo Michael Eisner, asesor y director de operaciones de la ONG con sede en Estados Unidos DAWN, fundada por el mismo Jamal Khashoggi.
Para Eiser, el hecho de que la Administración Biden no haya sancionado al controvertido príncipe es una señal de que “los negocios continuarán igual con Arabia Saudí, con algunos cambios menores”.
Sin embargo, asegura que el “informe por sí mismo es un paso significativo hacia la transparencia”.
“Representa por parte de EE.UU. un reconocimiento oficial de que MbS aprobó la operación de asesinato de Khashoggi. En resumen, que MbS es un asesino”, sostiene el que también ejerció como asesor del Departamento de Estado estadounidense para cuestiones de Oriente Medio.
Asimismo, asegura que la Administración Biden “ha fracasado en tomar los pasos necesarios” al no castigar al que apuntan como responsable del asesinato del periodista y disidente, que fue descuartizado en el consulado saudí de Estambul en octubre de 2018.
Según Eiser, después de la publicación del informe, MbS ha salido “casi impune de las consecuencias de sus actos“.
Por su parte, el vicedirector de la ONG saudí ALQST, Josh Cooper, dijo a Efe que tras la publicación del informe, el presidente Biden “debería extender las sanciones a todos los individuos responsables del asesinato de Khashoggi, el príncipe heredero incluido”.
“Desafortunadamente, parece que (Biden) se ha quedado corto en esta cuestión hasta ahora”, dice Cooper en relación al presidente de Estados Unidos.
Departamento del Tesoro reveló que ha impuesto sanciones al exsubdirector general de Inteligencia de la Presidencia saudí, Ahmad Hasan Mohamed al Asiri, al que describe como cabecilla de la operación que acabó con la vida del periodista, así como al cuerpo de seguridad Fuerza de Intervención Rápida, encargada de la protección personal de Bin Salman.
Como consecuencia de las sanciones, quedan bloqueadas todas las propiedades y activos que estas personas o entidades puedan tener en EE.UU. o que estén en poder de estadounidenses, así como restricciones de viaje a 76 saudíes, entre los que no figura MbS.