El país, con unos 9,2 millones de habitantes, vacunó a más de 4,6 millones con una dosis contra la COVID-19 con una segunda, según el Ministerio de Sanidad, y lidera el proceso de vacunación más veloz del mundo en porcentaje de población inoculada.
A su vez, mantiene una tasa de morbilidad relativamente moderada. La cifra de contagios fue bajando ligeramente las últimas semanas, un descenso que los expertos atribuyen en parte al avance de la inmunización, tras un tercer confinamiento nacional de seis semanas que se comenzó a levantar este febrero y una desescalada gradual.
La vacunación está abierta desde hace semanas a todos los israelíes mayores de 16 años, la tasa de inoculación entre ancianos de más 70 años rebasa el 90 %, más del 80 % de habitantes que superan los 50 ya recibieron la primera dosis, y los inoculados en la franja de edad de entre 20 y 29 años son casi el 60 %.
Este mes, la mortalidad e ingresos de pacientes graves por COVID-19 también han disminuido, aunque Salud alerta que aún no se puede bajar la guardia y las autoridades toman medidas con cautela.
En los últimos días, la cifra de casos diarios ha seguido en torno a los 4.000, un número que Salud considera aún demasiado alto para llevar a cabo una salida completa de las restricciones.
Desde el jueves, pese a la desescalada, Israel aplica un toque de queda nocturno de tres días para evitar un aumento de contagios y grandes aglomeraciones durante Purim, una de las festividades más populares del judaísmo, que comenzó este jueves al atardecer.
Israel, desde el inicio de la pandemia acumula más de 767.000 contagios, con casi 40.000 que siguen activos, y 5.694 fallecidos.
El objetivo del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, es haber inmunizado a la mayoría de habitantes a finales de marzo, cuando Israel celebrará elecciones generales. Además, según declaró esta semana, pretende culminar la reapertura económica al comenzar abril.
Sin embargo, cargos de Sanidad son más prudentes y no dan por sentado que en un mes se pueda volver a la completa normalidad.
CISJORANIA Y GAZA, CON POCAS DOSIS
Mientras Israel prosigue su veloz inoculación, proporcionando también el conocido “pase verde”, que permite acceder a gimnasios, hoteles o piscinas a vacunados con dos dosis, sus avances contrastan con los palestinos de Gaza y Cisjordania, que cuentan con pocas dosis y aún no pudieron iniciar la vacunación masiva a su población.
Hasta ahora, Israel solo proporcionó 2.000 dosis de 5.000 que se comprometió a donar a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para vacunar a personal médico, y ONG insisten en su responsabilidad como “potencia ocupante” de facilitar la vacunación a los palestinos.
En los últimos días, la situación empeoró en Cisjordania, que padece un nuevo pico de contagios y un aumento de casos graves, lo que obligó al Ministerio de Sanidad palestino a recomendar la imposición de un nuevo cierre general de dos semanas.