Emma Coronel Aispuro, de 31 años, con doble nacionalidad estadounidense y mexicana, debe comparecer el martes por primera vez ante una corte federal en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito de Columbia a través de una videoconferencia, indicó el Departamento de Justicia en un comunicado.
Su esposo era el líder del cartel de Sinaloa, considerado el narcotraficante más poderoso del mundo antes de ser extraditado a Estados Unidos en 2017. Fue sentenciado a cadena perpetua en julio de 2019 y cumple su condena en una prisión de alta seguridad en Colorado.
Según documentos judiciales, Coronel, madre de dos hijas mellizas de Guzmán de nueve años, enfrenta cargos de conspiración para traficar cocaína, metanfetamina, heroína y marihuana para su importación a Estados Unidos. Además, esta exreina de belleza presuntamente colaboró en dos complots para ayudar a Guzmán a escapar de prisiones mexicanas, incluida la fuga de la prisión del Altiplano, ubicada en Almoloya de Juárez, en julio de 2015.
Hace dos años, Coronel asistió casi cada día al histórico juicio de tres meses de su esposo en Nueva York, mirando y sonriendo a su marido, entonces de 62 años, desde el banco del público. Las autoridades no dejaron que esta joven visitara al “Chapo” o hablara con él por teléfono. Tampoco pudo tocarlo en el juicio.
Durante el proceso, hubo momentos en que Coronel fue presentada al público como cómplice de su marido en negocios y en una de sus fugas de prisión.
Un testigo cooperante que fue mano derecha del exjefe del cartel de Sinaloa contó que en 2014 y 2015, cuando el Chapo estaba en la cárcel de Altiplano en México, pasaba mensajes a través de Coronel -que lo visitaba en la prisión- a sus cómplices para planificar su fuga a través de un túnel de 1,5 km de largo que llegaba hasta la ducha de su celda.
En otro momento del juicio, la acusación difundió una llamada telefónica interceptada entre Coronel y el Chapo, en el que ésta le pasa el teléfono a su padre, también narcotraficante. El Chapo entonces aconseja a su suegro sobre un cruce de drogas por la frontera con Estados Unidos.
“Mi nombre fue varias veces mencionado y expuesto en duda (sic)”, admitió Coronel hace dos años, al culminar el juicio. “De eso solo puedo decir que no tengo nada de qué avergonzarme. No soy perfecta, pero me considero un buen ser humano que nunca ha lastimado a nadie intencionalmente”, afirmó entonces Coronel.