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La sonda “Al-Amal” (“Esperanza” en español) proporcionará una imagen completa de la dinámica meteorológica de Marte.
El despegue de esta nave espacial no tripulada se produjo en julio desde el centro espacial de Tanegashima (sudoeste de Japón), tras ser postergados dos veces debido al mal tiempo.
Las ambiciones espaciales de este país del Golfo, rico en petróleo, son percibidas como una reminiscencia de la edad de oro de las grandes realizaciones culturales y científicas de Medio Oriente. He aquí algunos elementos para comprender esta odisea espacial.
Múltiples proyectos
Este Estado federado integrado por siete emiratos —entre ellos la capital Abu Dabi y el lujoso Dubái— tiene nueve satélites en estado de funcionamiento y prevé lanzar los otros ocho en los próximos años.
En septiembre de 2019, Hazza al Mansuri fue el primer emiratí en ser enviado al espacio a bordo de un cohete Soyuz y el primer ciudadano árabe en permanecer en la Estación espacial internacional.
Las ambiciones del país van aún más lejos con el proyecto de crear una colonia humana en Marte antes de 2117.
Entretanto, prevé erigir una “ciudad científica” en el desierto en torno a Dubai, para simular las condiciones marcianas y calibrar la tecnología necesaria para colonizar el planeta.
Emiratos contempla asimismo proyectos mineros y de turismo espacial. Han firmado un protocolo de acuerdo con Virgin Galactic, la sociedad de turismo espacial del millonario británico Richard Branson.
El viaje de “Esperanza”
“Al-Amal”, la sonda de 1.350 kg, habrá tardado siete meses para recorrer los 493 millones de kilómetros hasta Marte, a tiempo para festejar el 50º aniversario de la unificación de los siete emiratos.
La sonda permanecerá en órbita un año marciano, es decir, 687 días.
El objetivo es estudiar la atmósfera de Marte para “proporcionar una primera comprensión completa” de sus variaciones climáticas durante un año entero, había indicado Sarah al-Amiri, entonces jefa adjunta del proyecto, al efectuarse el lanzamiento.
La sonda emiratí utilizará tres instrumentos científicos para vigilar la atmósfera marciana y debería empezar a transmitir información en septiembre.
Un espectrómetro infrarrojo medirá la atmósfera baja y analizará la estructura de la temperatura, mientras que un sensor permitirá una imagen de alta resolución que dará informaciones sobre los niveles de ozono, y un espectrómetro ultravioleta medirá los niveles de oxígeno e hidrógeno.
Pero el proyecto es considerado también como fuente de inspiración para la juventud árabe, en una región que suele aparecer más en los medios de comunicación por los conflictos destructores y sus crisis políticas que por sus logros científicos.